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Pedro Román, de 65 años de edad, realiza acrobacias con su silla de ruedas en el crucero que forman avenida Constituyentes y Corregidora, únicamente impulsado con una pierna, ya que su extremidad inferior derecha se encuentra amputada hasta el muslo.
Pedro en cada alto del semáforo avanza con su silla de ruedas por el paso peatonal, sin interrumpir el paso de los transeúntes, hasta detenerse justo a la mitad de la marca de tránsito, para después bajarse de su medio de transporte y pararse de cabeza con una sola pierna.
Ante el acto circense los automovilistas ven atentos, no por lo complicado o estético del show, sino por la sorpresa de ver a Román pararse de cabeza sobre el pavimento (que arde), impulsado y moviendo su única pierna.
Al terminar el acto de entretenimiento y ante la mirada de asombro de los caminantes, el artista regresa a su silla de ruedas para sortear los automóviles, y pedir a los espectadores unas monedas.
En un día de trabajo Román obtiene 200 pesos por el show que realiza en las calle, monto que es ahorrado para pagar la renta de mil 200 pesos al mes por el lugar que habita, además de comprar víveres y pagar servicios básicos.
El artista es huérfano, sus padres lo dejaron en un albergue de monjas, de quienes aprendió el gusto por la danza mexicana, no obstante la falta de oportunidades y de estudios lo llevó a dedicarse a atender una carnicería. “Ellas me prepararon para estudiar, yo comencé a trabajar en una carnicería, después comencé a estudiar en grupos de danza y viajar con los grupos, me gustó mucho porque comencé a conocer todo lo que es el folklore desde comida, hasta colores, sabores y música”, declaró Román, quien relató varios pasajes de su vida, desde su infancia hasta la edad adulta; narró que a los 21 años contrajo nupcias y tuvo dos hijos; sin embargo decidió no hablar de la razón por la que le fue amputada una pierna. “Yo creo que hay que seguir luchando que la vida sigue y si uno se deprime está perdido, yo salgo diario a la calle a buscar mi sustento, lo que me ha servido mucho es haber caído en las manos del yoga, me ha servido mucho”, externó Román.
El artista dio a conocer que al mes es apoyado por el Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia (SEDIF) con un cheque de 500 pesos, monto que tienen dos meses sin llegar, además de la silla de ruedas con la que traslada por la ciudad. “(Soy) Pedro Román y toda mi vida he luchado por sobrevivir, desde niño soy huérfano, mis padres me dejaron en un albergue, es decir, yo fui criado por las monjas, dure como 10 u 11 años en la casa hogar, hasta que decidí trabajar en una carnicería”, recordó el acróbata.