América García es una de las 369 comerciantes que obtuvieron un permiso para instalarse alrededor de los panteones municipales y vender antojitos mexicanos.

Para ella, el 1 y 2 de noviembre es una tradición, ya que por más de 30 años primas, tías y sobrinos, atienden el negocio ubicado frente al panteón municipal El Cimatario.

América es la tercera generación de la familia García que se instala año con año en frente del panteón a vender guajolotes, enchiladas y tacos durante esta festividad. Sus ventas se incrementan en 20%.

“Mi abuelita fue la que empezó a vender aquí, hace como 30 años y toda la familia, todos los años, nos ponemos a vender en el Día de Muertos. Acudimos sólo en días festivos, lo que es Navidad, Día de La Cruz, Día de Reyes. Es en Navidad cuando más vendemos, pero en esta fecha es 20% más”.

Con una gran afluencia de visitantes, los comerciantes ofrecen en más de 50 puestos de comida: aguas frescas, frutas, papitas, jarritos, tostadas, pan, caña, calaveritas de dulce, tacos de canasta, de bisteck, guajolotes, gorditas, tortas, enchiladas, hot dogs y una gran variedad de antojitos. Esto sólo en el panteón municipal, El Cimatario, ya que en los ocho cementerios se autorizaron 369 puestos.

El costo por puesto es de 150 pesos por metro, sin embargo, los locatarios aseguran que sí conviene establecerse ya que las ventas se incrementan hasta en un 30% el 1 y 2 de noviembre respecto a un día de venta normal.

“Yo normalmente vendo elotes pero ahorita en Día de Muertos vendemos gorditas de queso y migaja. Es un albur el que nos aventamos todos los años, porque nos cobran bien caro el espacio, pero por lo regular sí sacamos. Yo en este día vendo un 30% más que otros días. Tengo cuatro años que pongo el puesto y la verdad sí conviene, pero también se me hace muy caro lo que nos cobran. Estamos de 8 de la mañana a 6 de la tarde”, dijo Ericka, quien vende gorditas.

Sin embargo, América García indicó que el comportamiento de ventas año con año es diverso ya que aseguró que el año anterior la venta disminuyó y en este año incrementó.

“No es un incremento constante, por decir el año pasado las ventas disminuyeron y ayer (el jueves) estuvo muy bien, entonces este año nos irá mejor”, confía.

La dinámica de la instalación de puestos se realizó igual que el año pasado. De un lado de la calle, todos los puestos de comida, y del lado contrario, los vendedores de flores que ofrecían racimos a 20 pesos. Las flores de cempasúchil, rosas y arreglos florales pintaban las calles de colores.

Las personas circulaban libremente por las calles cerradas a los vehículos, cargando sus racimos de flores para ponerles a sus seres queridos. El mariachi aguardaba a la entrada del panteón municipal a la espera que alguna persona contratara sus servicios. Familias completas visitaron a sus seres queridos y después compraban comida y aguas.

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