Pese a que en la entidad se ha avanzado en cuestión de accesibilidad en infraestructura para personas con discapacidad, aún falta que se arraigue en los queretanos la cultura de respeto hacia estas personas, ya que siguen siendo indiferentes ante la situación del prójimo, considera Federico Ugalde Rosas, de 54 años.

Federico es originario del municipio de Querétaro, desafortunadamente tiene que hacer uso de silla de ruedas para desplazarse a los diferentes puntos que integran su vida cotidiana. Sin embargo, comenta que por su condición es más difícil acceder a algunos lugares, sobre todo negocios y edificios públicos.

“Es bastante dificultoso. Aquí en Querétaro afortunadamente existe más de conciencia, se han modificado mucho las calles en los accesos, sobre todo en las banquetas, donde ya hay rampas para discapacitados, estacionamientos, pero falta mucho”.

Señala que aun cuando en la entidad la cultura hacia las personas con discapacidad ha registrado un progreso óptimo en relación a otras ciudades del país, aún falta que esta conciencia penetre más en las personas y autoridades, sobre todo para hacer las modificaciones a los espacios del Centro Histórico.

“La ciudad es colonial. Desgraciadamente no se pueden modificar las estructuras, pero deberían los negocios nuevos poner los accesos posibles para facilitarnos, nosotros también tenemos derecho a acceder a todo tipo de sitios, a buscar la manera de que pongan elevadores para acceder a las plantas”.

De acuerdo con la Defensoría de los Derechos Humanos de Querétaro, en lo que va del año se han presentado tres quejas ante la institución por parte de personas que padecen una discapacidad y fueron tratados discriminatoriamente.

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