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El señor Pedro González Quiroz, mejor conocido como “El Ánimo”, se ha convertido en los últimos años en todo un personaje reconocido por los habitantes de la capital queretana, ésto debido a que es muy común encontrárselo en cualquiera de las calles y avenidas de la ciudad, en donde anima a las personas con su peculiar forma de ser.
A decir de este personaje, cuya edad aparenta una persona de 50 años, cada que transita en los rincones de la ciudad lo hace con el afán de encontrarse a la gente y expresarle lo importante que significa vivir, toda vez que desde su punto de vista, la palabra “ánimo” es la máxima expresión que se tiene para emprender de la mejor forma el quehacer diario del ser humano.
Pedro es originario del Distrito Federal, suele ser una persona feliz, carismática y con mentalidad positiva, sin embargo, no todo ha sido alegría para “El Ánimo”, ya que en el año de 1985 sufrió una gran depresión a raíz del sismo acontecido en ese año que le arrebató a su familia.
Reconoció que aquel acontecimiento le cambió la vida, razón por la cual decidió darle vuelta a la página y fijarse como objetivo ser una persona para bien y olvidar los malos recuerdos.
Al transcurrir tal situación, Pedro optó por mudarse a la entidad, en donde actualmente tiene como labor,— además de motivar a la gente—, emprender e impulsar un taller mecánico de automóviles.
En ese sentido, dejó en claro que una de las cosas que ha aprendido en sus más de 25 años de motivar a las personas es que “el estado de ánimo depende de cada uno y la situación actual que se atraviese”.
Aunado a lo anterior, aseguró que continuará realizando esta actividad cotidiana, la cual tiene el propósito de contagiar a las personas a que vivan cada día con buenos pensamientos y sobre todo se den cuenta de que la vida es maravillosa, ya que siente que existe una gran apatía en la mayoría de la gente.
Una de las anécdotas más recientes que nos platicó “El Ánimo” en su conocido quehacer diario, fue la de hace cinco años aproximadamente, cuando en época de campañas para la gubernatura del estado, apoyaba al entonces candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), José Calzada Rovirosa, como cualquier sujeto libre de expresarse.
Esa situación no le pareció buena al entonces gobierno panista, que decidió privarlo de su libertad. Sin embargo, ésto duró un par de horas únicamente, ya que al momento de enterarse, el hoy gobernador del estado fue quien se encargó de pagar la fianza para que pudieran liberarlo.
Otra de las anécdotas de este personaje, tiene que ver con que en alguna ocasión, el entonces candidato a la presidencia de la República, Vicente Fox Quesada, acudió a la entidad donde se encontró con “El Ánimo”, quien lo asustó de forma involuntaria, luego de que este último le expresara su tradicional frase, ocasionándole al primero un susto que al final no pasó a mayores.