Desde la madrugada de ayer, la gente de la Sierra Gorda de Querétaro se alistó para acudir a la Unidad Deportiva de Jalpan de Serra, y poder ver al Presidente. Fue en la década de los años setentas cuando José López Portillo inauguró la Presa, y en los noventas Ernesto Zedillo dio nombramiento a esta tierra como Reserva de la Biosfera.
Después Vicente Fox y Felipe Calderón también pudieron visitar esta zona del estado, esta es la quinta ocasión en que un mandatario nacional puede conocer esta tierra, llena de historia y tradición.
Políticos, funcionarios, estudiantes, amas de casa, fueron llenando el sillerío acomodado previamente en el empastado de la unidad. Una lona inmensa cubría a todos los asistentes, se esperaba el sol acostumbrado de la temporada, sin embargo, el cielo se cerró y amenazaba la lluvia.
Muy cerca de las 11 de la mañana se escuchó un aplauso fuerte, ya que el gobernador acompañado de su esposa e hijo, hacia acto de presencia, ahí saludo a los que pudo y durante más de 22 minutos dio vuelta a la cancha.
La gente con cámaras y fotográficas esperaban paciente, los celulares dejaron de sonar y mandar momentos a las redes sociales, ya que la señal dejó de funcionar, ahí todo el que podía se acercaba a las vallas para buscar algún momento con Enrique Peña Nieto.
Por fin, se escuchó el ruido estremecedor de un helicóptero, gritos de las mujeres llamarón la atención y más cuando el maestro de ceremonias anunciaba que estaba entre ellos “el presidente de la República”, y ahí, él, saludador, sonriente, con camisa blanca a rayas y pantalón negro, 19 minutos tardó el recorrido hasta el escenario donde hubo fotografías al por mayor y autógrafos.