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Anselmo Suárez Rodríguez es un hombre de 86 años, quien desde hace 30 se dedica a vender frijol y camote en la calle San Roque, en el barrio El Tepetate; la venta de leguminosas le ha brindado un sustento económico.
El longevo hombre parece intacto al transcurso del tiempo, por lo que su edad no es impedimento para conseguir una ocupación que le permita obtener un sustento monetario. Los años se marcan en su piel, en sus manos y en su hablar: en los recuerdos que brotan desde diversas épocas.
Decir su edad no es más que el refrendo del paso del tiempo y la constatación de las diversas labores que ha desempeñado durante su vida; asegura que antes de vender frijol vendió otros alimentos como leche y quesos.
“He vendido de todo pero ya tiene tiempo que vendo frijoles; vendí leche, pulque, carne, barbacoa, queso, cacahuates, cañas, naranjas y de todo”, enfatiza cuando relata su experiencia laboral, que ha efectuado mayoritariamente como comerciante.
Actualmente vende frijol peruano, negro y junio, también comercializa camote. “Ahí está el peruano, el junio y el negro, también vendo camotes, ahorita nomás tengo eso”. Aunque no especifica cuánto dinero obtiene del negocio, sabe que es lo suficiente para subsistir.
Pero las ventas no siempre son fructíferas, éstas varían —asegura— “es como todo, a veces compran y a veces no. En el comercio así es”.
El señor Anselmo sitúa su puesto sobre una banqueta, en la calle San Roque, habitualmente es ahí donde utiliza unas cajas como mostrador de frijol y unas bolsas de plástico como exhibidor de camote.
Desde las 9:00 y hasta las 16:00 horas, el longevo hombre espera a que a él se acerque la clientela que busca el frijol que podría servir como guarnición. “Me pongo casi diario, de por ahí de las nueve hasta las cuatro”.
Establecerse en este sitio le facilita el traslado a su casa, pues muy cerca de ahí está su domicilio: donde vive desde hace 30 años, “ya tiene mucho tiempo que vivo aquí”.
Tres décadas de vida en la capital
Relata que antes de vivir en el representativo barrio vivió en diversos lugares de la capital queretana, entre ellos la colonia Casa Blanca, “he vivido en Casa Blanca, aquí ya tengo muchos años, ya me quedé aquí, aquí tengo como 30 años”.
Anselmo recuerda que hace 86 años nació en la localidad de Mompaní, en el municipio capitalino. “Nací en Mompaní en 1926, pero ya tengo desde 1984 que estoy aquí en Querétaro”.
Antes de que migrara a la capital y vendiera diversos productos, se dedicó a trabajar en el campo, de lo cual conserva claras remembranzas.
Ahora sólo se ocupa de su comercio, que incluye ir a la Central de Abasto para proveerse de frijol y camote.
Relata que de la venta de esos alimentos sale “para mantenerme y comprar artículos, porque se me va acabando la mercancía y voy a traer de la Central de Abasto, ahí es donde llegan todos los grandes comisionistas, allá llega todo, de allá nos surtimos todos los chicos”.