Para emprender hay que cambiar la mentalidad del mexicano sobre el dinero y los negocios, asegura Alberto Tapia, impulsor de los proyectos económicos de otras personas, en su mayoría jóvenes, a través del Centro de Capacitación Especializada (Cecaes) y la organización Sharing Mind.
En un estado donde 46% de los egresados de universidades piensa en emprender su negocio, la organización Sharing Mind, Jóvenes de la Canaco, entre otras opciones de apoyo, impulsan la cristalización de sueños de emprendedurismo: desde escribir un libro, poner un restaurante, crear joyería o su propia marca de cerveza y dar pasos firmes para volver un éxito todos los proyectos.
Los apoyos se brindan mediante de la estructura de impulso al emprendedurismo, que existe en las universidades y dependencias estatales o federales o en los centros de capacitación en el caso de Alberto Tapia o de la Canaco, pero el reto más grande es lograr que la gente cambie su mentalidad “para que vea que sí se puede”.
No se trata de hacerse millonarios, sino demostrarle a la gente que los sueños son posibles mediante proyectos que les gusten y los ayuden a tener una buena vida al aprender cuáles son sus habilidades.
Se estima que cuatro de cada 10 negocios que emprenden los jóvenes logran sobrevivir el primer año y dos de cada 10 pasan los dos años, según cifras de Jóvenes Empresarios de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco).
Su presidente, Fabián Camacho advirtió que 80% de los negocios fracasa por una estructura deficiente o problemas de financiamiento y por no articular los esquemas de proveeduría o suministro.
Cifras de los Jóvenes de la Canaco dicen que en los últimos dos años aumentó 40% la cantidad de proyectos de emprendedurismo en el estado; hace dos años había 20 emprendedores jóvenes, hoy son cerca de 50.
“Hay muchos que se están acercando para incubarse o articular con los procesos productivos y empezar a articular”, explicó Camacho.
Los jóvenes se concentran en proyectos productivos que tienen que ver con tres grandes sectores: tecnologías de la información, consultoría en creatividad y producción de contenidos, así como los alimentos.
Alrededor de 46% de los egresados de las universidades de Querétaro piensan poner un negocio, pero Jóvenes Canaco no sólo incuba nada más proyectos, sino que abrió la oportunidad del autoempleo para más personas, incluso para aquellas con trabajo.
“Es como un segundo trabajo, por el crecimiento económico natural de la economía, hay muchos empleos y es cierto que Querétaro es de las ciudades más caras, la necesidad de compensar los gastos que implica vivir en la entidad genera la necesidad de articularse en un ejercicio de emprender y tener un autoempleo”, expresó Fabián.
La mayor fuente de financiamiento de los proyectos de los jóvenes surge del patrimonio familiar y le siguen los programas gubernamentales, porque los esquemas bancarios se quedan al final.
Frente a los miedos que tienen las personas para emprender, Alberto Tapia, José Lara y Germán Borja formaron la sociedad Sharing Mind, que complementa el CECAES, para ayudar a los jóvenes a generar empresas que generen buenos resultados en la sociedad y les permitan tener su propio negocio.
El primer reto a vencer es la idea que generan la cultura y la educación de que primero hay que terminar ciertos estudios y ahorrar antes que emprender. Eso implica también acabar con creencias como las que afirman que “las cosas que valen la pena, cuestan trabajo”.
“Las cosas que valen la pena no causan trabajo, son divertidas. También hay que terminar con las ideas negativas del dinero, el dinero solo es una parte para llevar un proyecto, pero pensamos que quienes tienen dinero no son buenas personas, que son avaros, egoístas, corruptos, que tienen porque le quitaron a los demás, esas ideas las quitamos para ver un futuro más prometedor”, agregó Alberto.
El CECAES inició hace 11 años en la Ciudad de México y se extendió a Querétaro, pero la organización Sharing Mind se puso en marcha hace dos años con buenos resultados, como un apoyo adicional del centro.