Locatarios de los mercados públicos de la capital sostuvieron una reunión con autoridades capitalinas, donde lograron que se “bajara” de la página web el apartado sobre el anteproyecto del nuevo reglamento para esos centros de abasto.
Rafael Fernández de Ceballos, secretario del ayuntamiento, junto con el presidente del Colegio de Abogados Litigantes de Querétaro, Calixto de Santiago Silva, encabezaron las mesas de trabajo con los comerciantes.
El funcionario municipal dijo que no se cambiarán los reglamentos del ayuntamiento hasta no contar con el consenso de los diferentes sectores de la sociedad involucrados en cada uno de ellos.
Aseveró que han recibido propuestas por parte de los locatarios, que todos los días reciben sugerencias para este anteproyecto y que en la elaboración del mismo pretenden incluir algunas de ellas.
Subrayó que el documento no se aprobará hasta que no se tome en cuenta a todos los comerciantes y aseguró que no vulnera sus derechos.
En las instalaciones del cineteatro Rosalío Solana, Fernández de Ceballos sostuvo que el anteproyecto no se ha aprobado y no se hará hasta no haberlos consultado a todos.
La comerciante Daniela Chávez pidió “bajar” de sitio web del municipio el texto para trabajarlo en conjunto; el secretario se negó, lo que causó molestia por parte de su interlocutora.
Otra locataria, de nombre Claudia, ratificó la petición de retirar el anteproyecto, pues consideran que malinforman a la ciudadanía.
Conforme avanzaba la reunión y se exponían las diferentes posturas, comenzaron a aparecer diferencias entre los comerciantes, aunque posteriormente volvieron a cerrar filas y ratificaron el “no” al anteproyecto.
Durante poco más de hora y media los comerciantes expusieron ante el funcionario municipal su descontento con la propuesta capitalina.
Mientras, de Santiago Silva conminó a los comerciantes a exigir que se “baje” el anteproyecto, al tiempo que subrayó que él está en representación de la sociedad civil, en ningún motivo como empleado municipal. Palabras que en un inicio fueron tomadas con escepticismo y, después, arrancaron los aplausos de los comerciantes presentes en el Rosalío Solano.