En torno al proceso de remodelación del Jardín Guerrero, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en la entidad emitió un comunicado donde informa de los resultados de un estudio emprendido por personal del instituto sobre la pertinencia de la obra.
En el mensaje se informa lo siguiente:
El Jardín Guerrero está comprendido dentro de la Zona de Monumentos Históricos de la ciudad de Querétaro, y por tanto, es competencia del Instituto Nacional de Antropología e Historia el autorizar cualquier intervención que se pretenda realizar en él. Por ello, la autoridad municipal de Querétaro presentó ante esta institución el proyecto de restauración de ese espacio, mismo que fue autorizado, tras la revisión correspondiente del área de Monumentos Históricos del INAH, el pasado 29 de abril.
El Jardín Guerrero tiene la particularidad de ser un espacio creado a principios de los años veintes del siglo pasado; es decir, no es un monumento histórico como lo señala la Ley Federal de Monumentos y Sitios Arqueológicos, Artísticos e Históricos, que le concede ese carácter a toda edificación comprendida entre los siglos XVI y XIX. Cabe destacar que el Jardín era parte del Convento de Santa Clara y se pretendió construir ahí, ya en el siglo XX, la que hubiese sido la Catedral de Querétaro.
Sin concretarse la referida construcción de la nueva Catedral, el Jardín se convirtió en un espacio público que ha venido transformándose a través del tiempo, conteniendo diversos elementos, entre los que pueden señalarse un kiosco y una pista de patinaje. La actual fuente, la balaustrada que divide el espacio y la estatua en honor de Vicente Guerrero, datan del último tercio del mismo siglo XX.
Por todo lo anterior, de acuerdo a la Ley en la materia, ni el propio Jardín, ni los elementos que hoy contiene, son monumentos históricos, y por tanto, a juicio de los especialistas técnicos y jurídicos del INAH, son susceptibles de ser intervenidos sin que se afecte al patrimonio histórico de Querétaro.
El INAH, sin embargo, solicitó expresamente al Municipio de Querétaro para autorizar la intervención que se utilizaran en ella materiales adecuados al entorno, concretamente cantera para el piso, que se mantuviera el arbolado y que se siguieran considerando los elementos sociales que colaboran a que el Jardín Guerrero sea un espacio ampliamente visitado por la ciudadanía, tales como bancas, sillas de boleros y puestos de periódicos. Todo ello se respetó el proyecto final presentado y autorizado.
