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L a voz se va cansando, afirmó Roberto Loyola, candidato a la gubernatura del estado, cuando habló del primer mes de labor en busca de encabezar el poder ejecutivo en la entidad; pues las largas jornadas en las que tres o más eventos multitudinarios se llevan a cabo, presentando su discurso a todos los ciudadanos, comienzan a cobrar la cuota a los interesados en dicho puesto.
Poco a poco, el abanderado de la coalición Querétaro nos une ha recorrido gran parte de la geografía del estado, en la que se planta frente a diversos escenarios para exclamar de manera directa sus anhelos de gobernar los destinos de todos los queretanos, a cambio de mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, afirmando conocer cuáles son las necesidades de cada zona.
Apostando por un trabajo en el que colabore el gobierno con la ciudadanía, el candidato ha acudido a varios municipios, comunidades y colonias; al principio tocaba las puertas personalmente para que los ciudadanos le permitieran un momento de su tiempo y así se convencieran de lo que él ofrece. Sin embargo, esta práctica ahora es menos frecuente, pues los eventos multitudinarios han sido más comunes.
Si bien, se dice convencido de la estrategia que ha utilizado y que no la reestructurará en los próximos días, se ha observado que han cambiado algunas cosas, pues en un inicio la gente no se encontraba allegada a los eventos de Loyola, sin embargo, cada vez es más común ver las decenas de camiones llenos de ciudadanos con playeras y gorras rojas, que arriban a los lugares donde se realizan los eventos.
Fácil es decir que restan 30 días para que culminen las campañas electorales, así como que ya pasó el mismo tiempo desde que iniciaron; aunque el día a día demuestra que es un tiempo en el que la fatiga es una constante, pero los candidatos no se pueden dar el lujo de descansar, pues sus altas aspiraciones se deben pagar con estas arduas jornadas, donde habrán de convencer a los ciudadanos.
Siendo el punto medio de este proceso electoral, aún los candidatos no han eliminado a su mayor rival: la desconfianza de los ciudadanos hacia la vida política; por lo que en repetidas ocasiones el candidato priísta ha señalado que debe continuar acercándose a los ciudadanos y así obtener el voto.
Consciente de que la participación ciudadana pende de un hilo, Roberto Loyola pide diariamente a los simpatizantes que acuden a sus eventos que se conviertan en gestores del voto, que vayan con sus cercanos para que la gente participe con su sufragio, siempre con la consigan de colocarlo como el nuevo gobernador.