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La segunda terminal que se tiene prevista para el Aeropuerto Intercontinental de Querétaro (AIQ) no cuenta aún con recursos fijos que financien el proyecto; en tanto se logra aterrizar, se analizan medidas para agilizar el flujo de pasajeros.
El secretario de Desarrollo Sustentable (Sedesu) de la entidad, Marco del Prete Tercero, señaló que se busca alargar lo más posible la vida del AIQ, manteniendo la misma infraestructura con la que cuenta en este momento el aeropuerto.
Expuso que la capacidad actual soporta un flujo de 700 mil pasajeros anuales, cifra a la que se prevé llegar en el transcurso de un año.
A finales de 2014, el entonces director del aeropuerto, Miguel Inzunza Luque, refirió que la base aérea llegaría a su máxima capacidad en el año 2015 y urgió la importancia de contar con una nueva terminal, que permitiera atender a más de un millón de pasajeros de forma anual.
“Tenemos que buscar que quienes nos sucedan tengan muy en claro que hay que hacer una terminal con capacidad para atender a más de un millón de pasajeros”, declaró Inzunza en su momento.
El ex director del Aeropuerto Intercontinental agregó: “Los números y las estadísticas hablan por sí solas; cada vez la demanda de servicios es mayor, y los esfuerzos van encaminados a atender con mayor calidad y oportunidad a todos los usuarios.”
Desde entonces, las autoridades aseguraban contar con el proyecto conceptual, el anteproyecto técnico, las bases de licitación y los términos de referencia para el proyecto ejecutivo de la nueva terminal, la cual se prevía licitar en 2015.
Se habló de un edificio modular y sustentable, con la posibilidad de expandirse de acuerdo al crecimiento del aeropuerto. La nueva terminal tendría un costo aproximado de 400 millones de pesos y garantizaría al menos 10 años más de vida a la base aérea. Los recursos serían gestionados ante el gobierno federal.
En septiembre pasado, el anterior titular de la Sedesu, Marcelo López Sánchez, anticipó la entrega oficial del proyecto ejecutivo que respaldaría la ampliación del aeropuerto; refirió que se fijó el 20 de septiembre como fecha tentativa para la entrega del mismo.
Proyecto sigue en pie. Marco del Prete indicó que el proyecto de la segunda terminal sigue en pie y se están analizando esquemas financieros para poder llevarlo a cabo.
Acotó que al cierre del año pasado el AIQ movilizó a 508 mil pasajeros; en tanto que este año se prevé alcanzar un flujo de 600 mil usuarios.
“Esto quiere decir que la terminal todavía no está saturada. Evidentemente hay horas pico en las cuales se llena la sala de última espera, pero hoy no se encuentra saturado”, indicó.
“Es una inversión de cerca de 500 millones de pesos [la que se requiere para la nueva terminal], pero antes que eso estamos explorando adecuaciones, que permitan agilizar el flujo de los pasajeros y que alarguen la vida de la actual terminal, en lo que se desarrolla la terminal de pasajeros número dos”, comentó.
La gestión de los recursos, de acuerdo con Del Prete, dependerá de la participación que tengan el estado y el socio comercial del aeropuerto, Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA). Se requiere, dijo, una inversión por ambas partes.
“Son varias consideraciones. Este año, de acuerdo al plan maestro de desarrollo, se tienen que hacer inversiones previas para el acondicionamiento. El proyecto arquitectónico y ejecutivo ya está listo. Hoy, lo que hace falta es el financiamiento”, refirió.
El titular de la Sedesu concluyó que, por la solvencia que tiene el aeropuerto, se podría pensar en un crédito o una inversión directa, decisión que se está definiendo.