Dos horas de algarabía y felicidad. Una por retraso y la otra por el transcurso. Antes de visitar las casas de todos los niños en el estado y del mundo, los reyes magos celebraron su tradicional cabalgata por algunas calles del Centro Histórico queretano para alegrar a chicos y grandes que presenciaron el recorrido en la víspera de su llegada.
No obstante, la situación que se vivió por la tarde con los supuestos saqueos en diversos comercios y locales de varios puntos de la ciudad y el descontrol que eso generó, hizo que la afluencia de familias para ver a los mensajeros fuera muy poca.
Ni que Melchor, Gaspar y Baltasar regalaran dulces y algunos juguetes a su paso ayudó para que se reunieran más personas, que antes han sido miles, como en la pasada cabalgata navideña.
Pero los pocos que esperaron durante el recorrido disfrutaron la caravana que incluyó el carro de la reina de la Navidad, Cecilia II, al frente, seguido por uno que representa el tradicional nacimiento con pastores y ángeles, para dar paso al caballo sobre el que viaja Melchor, el camello sobre el que se encuentra Gaspar y el elefante sobre el que se traslada Baltasar. Más atrás, las mojigangas bailan y en último lugar la banda musical Los Connins para marcar el ritmo.
El contingente salió de la calle Corregidora, junto al Árbol de la Amistad, a la altura de la plaza de La Corregidora, para avanzar sobre 16 de septiembre hasta Ignacio Allende, donde dio vuelta en Madero para emprender el regreso, aunque tomó una cuadra de Benito Juárez para rodear la Plaza Constitución y regresar a Corregidora.
Dulces caían. Sin importar la edad, todos se agachaban para recoger los obsequios. En Madero es donde hay más familias.
Silvia, madre de familia, acerca a su pequeña hija para que la conozcan los reyes magos, y también para que le entreguen sus dulces.
Padres con sus hijos en los brazos van junto al desfile mágico musical. Con cámaras y celulares en mano, los asistentes buscan llevarse una imagen de recuerdo.
“¿Te portaste bien?”, pregunta un papá a su hijo, quien asiente con un movimiento de cabeza. “Qué bueno, porqué sino no te traerán nada al rato”, respondió el padre ante la inocente mirada del menor, que tras la advertencia su rostro reflejó más temor que alegría por la llegada de sus regalos.
Otro elemento que sobresalió a lo largo del recorrido fueron los pequeños con sus globos en las manos, para lanzarlos más tarde junto a su carta de peticiones. Colores abundan y por ahí hay quienes los venden en 20 pesos.
Las tradiciones también son área de oportunidad para el comercio. Y aunque no fue una gran multitud la que acompañó la Cabalgata de Reyes este año, las sonrisas de los niños y niñas son las protagonistas de que el Patronato de las Fiestas del estado de Querétaro realice el evento, pues en ellos vive la ilusión y esperanza de la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar, todos los años previo a la mañana del 6 de enero.