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“Vivimos con la ilusión de que nos vaya bien y las ventas suban. Vivimos con esa ilusión”, dice María Dolores Hernández, vendedora de juguetes en el tianguis de La Cruz, quien señala que el aumento a la gasolina golpea la economía de los Reyes Magos y, por ende, la suya.
“Estamos con esa ilusión de que se venda y que nos ganemos algo, aunque sea poco, porque tampoco se le pueda ganar 100%, ganarse poco, ser conscientes de que también la gente gasta, que está gastada. Los Reyes les tienen que llevar sus juguetes a los niños”, indica.
Muchos de los puestos, que antes del 25 de diciembre eran ocupados para ofrecer nacimientos, adornos navideños, series de luces, musgo y heno, entre otros productos, ahora se usan para mostrar los juguetes que los reyes magos llevarán a los niños la noche del 5 y la madrugada del 6 de enero.
Al menos la mitad de los comercios lucen cerrados. Sus dependientes esperan, quizá, mejores tiempos. Los puestos abiertos esperan la llegada de los clientes, pero sólo unos pocos recorren los pasillos del tianguis.
Muñecas, carros a control remoto, bicicletas, rompecabezas, juegos de té, muñecos de acción, entre otros, se exhiben para los Reyes, quienes a cuentagotas acuden a buscar los regalos para los pequeños.
María Dolores tiene 25 años vendiendo en el tradicional tianguis navideño y de reyes. Indica que hasta la fecha no les ha ido bien en las ventas, pues los clientes llegan, preguntan, dan muchas vueltas por el tianguis, les gusta la mercancía, pero buscan lo más económico.
“Desgraciadamente todos los juguetes, la mayoría de juguetes, 90% viene de importación, por lo tanto se paga en dólares, y viene el incremento del precio. Eso nos ha perjudicado, además de que la economía del país también no ha sido buena.
“Otro motivo es que las personas tienen mucho temor de lo que viene después del gasolinazo, porque hay rumores que habrá 18 aumentos a la gasolina en el año”, explica la mujer.
Se corrobora lo dicho por María Dolores. Un cliente llega. Tras ver por unos momentos la mercancía, pregunta por el precio de unos muñecos. La observa, da las gracias y se retira sin comprar el producto.
“La gente tiene pánico de endeudarse, de comprar, porque no sabe qué les esperan más adelante en el año… nosotros nos vamos a surtir a la Ciudad de México, pues es en donde están las grandes bodegas.
“Algunas cosas han aumentado 20%, otras hasta 30%, otras sólo 10%. Todo ha aumentado. Por ejemplo, una caja registradora que el año pasado costaba 218 pesos, ahora está en 230 pesos”, apunta María.
La comerciante destaca que los pasillos del tianguis están sin gente, con unas cuantas personas que deambulan entre los puestos, buscando los precios más accesibles y los juguetes adecuados o pedidos.
“Vivimos con la esperanza de que al rato se componga, que al rato venga la gente, pero no sabemos”, explica María con voz apagada y con cierta preocupación.
Añade que en comparación con el año pasado, en este año, a la fecha, las ventas disminuyeron 30%, pues el 3 de enero de 2016 ya tenían vendido 50% de la mercancía, mientras que a la fecha sólo han colocado 20%.
“La gente da vueltas y vueltas, pregunta y pregunta. Vuelve a preguntar y se va, porque además las tiendas de autoservicio ofertan 24 meses sin intereses y lo van pagando así. Nosotros no podemos ofrecer eso. Nosotros somos provisionales”, asevera.
Añade que el resto del año es empleada municipal, sólo en esta temporada del año se dedica al comercio, para solventar los gastos de estas fechas, por lo que considera que este año será negativo, pues como empleada y ama de casa se da cuenta que cada vez necesita gastar más para comprar lo necesario para la casa y el dinero alcanza para comprar menos cosas.
“Si antes de llevabas 200 pesos y traías la fruta, ahora te llevas 200 pesos y ya no traes la fruta completa. Traes cuatro, tres frutas y ya. Nos espera mal [año]. La carne, de dos para acá, de 98 a 150 pesos el kilo de carne”, precisa.
Frente al puesto de María Dolores, se encuentra el de Carmen González, comerciante de juguetes en el tradicional tianguis de La Cruz desde hace 28 años, quien coincide con María en que las ventas están bajas, por lo que augura que estarán muy bajas las ventas.
“En realidad, cada año están bajando las ventas. Entre más tiendas departamentales abren [más nos afectan], están acabando con los mercados, dejan de venir. En un mercado, en un tianguis como este que es tradicional, se dan mejores precios, tenemos mucha variedad, pero no sé”, dice.
Al igual que su compañera tiene otro trabajo, labora en un negocio de jardinería, en elque en esta temporada del año está de vacaciones y aprovecha para ganarse un dinero extra. Serena, aunque con preocupación, dice que incluso desde 2016 la situación económica “se sintió pesada, ahora este año se vislumbra aún más. Quién sabe cómo nos vaya a ir”.
De sus tres hijos sólo uno continúa estudiando, su hija, mientras que sus otros dos vástagos ya están casados y hacen su vida, aunque es pesada la manutención de la casa, a pesar de que su esposo es vigilante y le ayuda con los gastos del hogar.
“Estamos con la esperanza de que mejora [la venta]. Esperemos que vuelvan a subir las ventas en los mercados. Lo que nos arruina mucha son las tiendas. Aquí sólo tenemos un mes para trabajar: Navidad y reyes”, precisa.
Acota que en el pasado tianguis navideño le fue relativamente bien, gracias a la venta de series, aunque entre risas dice que no se puede quejar mucho.
Son pocos los clientes que visitan el tianguis. Quienes lo hacen caminan observando los productos. Preguntan los precios y se van.
Los comerciantes hacen su mejor esfuerzo por atraer a la gente. “Pregunte precios, joven”, “Qué va a llevar”, “Qué anda buscando”, lanzan los vendedores a las pocas personas que caminan por los pasillos.
Muchos puestos permanecen cerrados, esperando a abrir los días más cercanos a la llegada de los reyes magos, para poder abrir y lograr buenas ventas, confiados en que los clientes pronto llegarán.
Los vendedores que ya están instalados ven con preocupación cómo pasan los días y los reyes magos no aparecen. Los comerciantes también les quieren entregar sus cartas.