Debido a los cambios en materia fiscal, las instalaciones del Servicio de Administración Tributaria (SAT) se encuentran atestadas. A pesar de haber solicitado cita vía electrónica, los contribuyentes deben formarse y demorar al menos dos horas en espera de realizar un trámite que tarda cinco minutos.
Desde las seis y media de la mañana, los que hicieron cita, y los que no, comienzan a formarse para ser atendidos por los representantes de Hacienda. La fila crece conforme pasan los minutos hasta llegar al cruce de la calle de Pino Suárez desde las instalaciones de esta oficina en el número 8 de la calle de Allende.
Los contribuyentes esperan al exterior de estas instalaciones hasta dos horas para poder ingresar, solicitar atención y tratar en una sola visita resolver los problemas en materia tributaria, los que más han estado acudiendo son los pequeños comerciantes que tienen que cambiar de régimen administrativo.
“Es muy tardado el llegar a solicitar el servicio. Cada vez la fila es más larga y pues hay que perder parte del día. Para mí es la segunda vez que vengo… ya son dos días que pierdo de trabajo, pero pues no me queda más que aceptar las nuevas disposiciones, porque en caso de no hacerlo hasta voy a perder mi negocio” dijo Antonio Fernández, comerciante que migra al nuevo régimen.
Las oficinas abren a las ocho de la mañana y arbitrariamente los elementos de seguridad privada, que no tienen capacitación para explicar los trámites fiscales, indican a los contribuyentes qué es lo que deben de hacer e incluso qué documentos deben presentar.
“Tuve que regresar a mi casa y perder mi turno porque el guardia me dijo que necesitaba mi acta de nacimiento, mis recibos fiscales y mi alta de Hacienda para hacer el cambio de régimen de profesional a asalariado”, afirmó Juan Martínez.
Si bien el trato por parte de los asesores del SAT es eficiente, los ciudadanos padecen diariamente largas filas para realizar algún trámite en esta dependencia. Algunas personas aseguran que prefieren evitar hacer el papeleo a desperdiciar un día de trabajo y perder dinero.