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A poco más de un año de arrancar el proyecto Café Pendiente, la gente cooperó en mayor medida durante la temporada de frío, afirmó Gabriela Gómez, encargada de una cafetería de la calle de Guerrero, en el centro histórico, que se unió a esta medida humanitaria.
En entrevista, señaló que el proyecto de Café Pendiente se había en otros locales de este giro, con el propósito de brindar una bebida caliente a personas que no pudieran pagarlo o en situación de calle.
“Esto se da gracias a las personas que compran y dejan apartada o pagada alguna bebida y nosotros lo vamos acumulando en una tabla y cuando llega alguna persona que lo pide lo vamos marcando”, comentó la encargada.
Ello, explicó, para saber cuántos cafés o chocolates han ido donando y cuántos se piden, siendo un beneficio para la gente que así lo requiere.
Precisó que la cantidad de bebidas es muy variable, pues hay semanas en las que no hay una, mientras que en otras llegan a acumular hasta cinco.
“Cuando hacía frío acudía un mayor número de personas a pedir, y cuando más dejaba la gente también las bebidas”, expuso Gabriela Gómez.
Comunicó que hace poco más de un año que comenzaron a participar en esta campaña, con el único propósito de ayudar a las personas que, por estar en situación de calle o no tener ingresos suficientes, solicitan un café o un chocolate caliente para aguantar las bajas temperaturas.
Muchas veces, apuntó, las personas no querían dejar “y nosotros, cuando era época de frío, lo aportábamos, la gente lo necesita por el frío, aunque sea en ayudar en algo”.
Recalcó que en el caso del café a su cargo, 70% de las bebidas pendientes las entregan a la Estancia del Migrante.
Asimismo, la encargada precisó que el local recibe donaciones para este centro de apoyo. “Lo que nos traen las personas, como comida o ropa lo guardamos en una bodega y después llegan los de la Estancia del Migrante y se llevan las cosas que les donaron”.
Agregó que buena parte de sus clientes desconocen esta iniciativa, pues ven que su local forma parte de la misma y lo avalan, “pues es dar sin recibir nada a cambio”.
La iniciativa Café Pendiente llegó a la ciudad de Querétaro en diciembre del año 2013, cuando se incorporaron tres cafeterías de la capital del estado y poco más de 500 en toda la República Mexicana.
Café Pendiente comenzó en 2008 en la ciudad de Nápoles, Italia, para brindar una bebida caliente en temporada invernal a las personas en situación de calle o de escasos recursos que así lo necesitaran.
Poco a poco, la iniciativa se fue propagando por todo el mundo, con ayuda de las redes sociales, teniendo presencia en casi todo el mundo.
A México la iniciativa llegó en septiembre de 2013, luego de que se había instaurado en otros países de América Latina, siendo bien acogida por los dueños de los establecimientos que de manera voluntaria se sumaron a este plan.
Los locales que ofrecen cafés pendientes deben colocar en la puerta el cartel que lo identifica como tal, además de que en muchas ocasiones no sólo se dejan bebidas, pues pueden ser platillos que están en su menú, siendo esencial la confianza de los clientes para aportar a esta causa benéfica.