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Los hermanos Juan e Iván se ganan la vida limpiando los parabrisas de los automóviles que circulan en el crucero de avenida Constituyentes y Corregidora.
Originarios del municipio de Amealco de Bonfil, la falta de trabajo para cubrir sus necesidades alimentarias fue una de las causas que obligaron a los hermanos Reyes Esmeraldo a migrar a la capital.
“Empezamos por la necesidad. Somos de Amealco, pero ya no voy para allá, porque no hay oportunidades de trabajo. No hay en qué trabajar. Porque ¿de qué trabajamos? Si de por sí aquí no nos alcanza para comer, allá menos. Está muy difícil la situación”, lamentó Juan.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) indica que Amealco de Bonfil es el tercer municipio más pobre de Querétaro, con 76.6% de su población en esta condición. En primer lugar está Pinal de Amoles, le sigue Landa de Matamoros y en cuarto lugar está San Joaquín.
El presidente municipal, Gilberto García Valdés, reconoció que la pobreza alimentaria afecta a tres de cada cuatro personas en Amealco, lo que las obliga a migrar de su lugar de origen.
Otra limitante es el nivel educativo, pues los hermanos Reyes no concluyeron su educación media básica. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en su censo 2010, señala que 4.1% de los niños queretanos, que se encuentran entre los 5 y los 14 años de edad, no asiste a la escuela.
Juan, de 14 años de edad, e Iván, de 12, aseguran que la falta de recursos económicos para terminar la secundaria los obligó a cambiar de residencia en busca de oportunidades de trabajo para sostenerse ellos mismos y ayudar con los gastos del hogar.
Esperanza truncada
Los planes de Juan e Iván era llegar a la capital de la entidad queretana y emplearse como meseros o ayudantes en algún restaurante o comercio.
Pero debido a su corta edad y a su falta de experiencia los empleadores rechazaron su petición.
“Pues nosotros intentamos buscar trabajo en restaurantes, hoteles y comercio. Pero no nos contratan por nuestra edad. Decían que éramos muy pequeños, yo en ese entonces tenía como 13 años y mi hermano como 11”, manifestó Iván.
Juan Reyes confesó que sólo llegó a cursar hasta primer año de secundaria, pero expuso que la falta de recursos económicos provocó que dejara sus estudios para ayudar con los gastos del hogar.
Por su parte, Iván Reyes dijo que lo más difícil de trabajar limpiando parabrisas es el sol, además de realizar la limpieza del coche cuando se encuentra en el alto del crucero y no recibir remuneración alguna.
Coincidió con Juan en que el grado escolar que logró cursar fue únicamente hasta primero de secundaria, por la misma razón que su hermano, es decir, por la falta de dinero para costear su preparación escolar.
“Yo estudié hasta primero de secundaria, era difícil porque no alcanzaba para ir a la escuela. A mí me hubiera gustado haber trabajado de otra cosa y haber estudiado, pero pues no se pudo. Sólo hasta primero de secundaria tengo y no creo que vuelva a la escuela”, explicó.