En el Seminario Conciliar de Nuestra Señora de Guadalupe, el Obispo de Querétaro, Faustino Armendáriz Jiménez, ordenó a cinco nuevos sacerdotes que se unen a la Diócesis de Querétaro.
Durante la Homilía, el Obispo los exhortó a realizar el sacerdocio con beneficio a la comunidad, siendo líderes que propicien el acercamiento de los católicos con Dios.
Acompañado de cientos de fieles, el Obispo queretano refirió hoy a los sacerdotes que el hecho de convertirse en servidores de Dios es sinónimo de que en ellos el “Señor” está viviendo su Iglesia y consagrando a la humanidad.
“Al recibir la Sagrada ordenación somos ungidos con el Espíritu Santo y recibimos la triple misión: anunciar el evangelio, ayudar y aconsejar al propio obispo y presidir la asamblea santa. Una misión que no podemos encapsular y reducir a unos cuantos, a un tiempo específico, a un sector de la sociedad”.
Asimismo, los invitó a cuidar de sus manos de las impurezas de la pereza, de la apatía, del conformismo, del desánimo y de la tristeza, y en lugar de ello levantar la mano para que a través de su ejemplo de vida, bendigan al pueblo, y se conviertan al mismo tiempo brújula en el camino de los ciudadanos.
“Se conviertan en antorchas encendidas en la noche del dolor, consuelo en la tristeza, alimento en la carestía, y ofrezcan a muchos el aceite del consuelo y el vino de la esperanza. Vayan en búsqueda de los sufrimientos, las angustias y los dolores de la comunidad, para que tengan así siempre algo que ofrecer a Dios, al pie del altar. Vivan su ministerio al frente de las comunidades, como verdaderos líderes que “presidan” la asamblea eucarística con el espíritu que van a recibir, para propiciar que los fieles puedan escuchar a Dios”
Durante la ceremonia religiosa, Faustino Armendáriz resaltó, uno de los gestos, que se consideran el más emotivo de la celebración, al destacar la formación de los jóvenes que con esta ordenación forman parte de un signo de comunión colegial, reflejando el don de Dios, y con una identidad relacional, encontrando unidos a Cristo Apóstol y Gran Sacerdote.
“Jóvenes diáconos, bienvenidos al presbiterio diocesano, siéntanse parte y siéntanse comprometidos, busquen arraigarse con estrechos lazos de amistad y fraternidad, no descuiden sus amistades, pero amistades sacerdotales que les alienten y les impulsen a vivir entregados”.
Les invito a buscar un director espiritual, al destacar que solo un “corazón sacerdotal” es capaz de entender otro “corazón sacerdotal”.
“Hermanos presbíteros, recíbanles como los hermanos pequeños, sean testimonio vivo para cada uno de ellos y sobretodo, continúen colaborando en su formación, mediante el proceso de la formación permanente; ahora serán ustedes “co-formadores” de estos jóvenes presbíteros”.
Por ultimo invitó a los familiares y amigos les invito a no dejar de orar y pedir por los sacerdotes, al comentar que el papel de la familia en la vida sacerdotal es muy importante.
“Respetando los espacios y las responsabilidades sacerdotales, no dejen solos a sus hijos, siempre es bueno estar al pendiente de ellos”.
Los jóvenes ordenados sacerdotes fueron Rafael López López, de la Parroquia del Sagrado Corazón, en Lagunillas; Jaime Daniel Almaraz Corona, de la Parroquia de la Divina Providencia, en la Colonia Sauces; Efraín Issasi Cano, de la Parroquia de la Purísima Concepción, de Hércules;Laureano López Saloma, de la Parroquia de la Purísima Concepción, de Hércules; Baruc Luciano Pérez, de la Parroquia de San Nicolás de Bari, en Santa Fe de la Laguna, Quiróga, Michoacán.