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Estos animales exóticos son exhibidos a la sociedad como espectáculo, mostrándoles escenas de sumisión y obediencia forzada a base de violencia física y sicológica.
Algunos de ellos son subidos a camionetas con jaulas para recorrer las calles para atraer más visitas a este tipo de entretenimiento.
Se presenta el circo en la ciudad como una manera sana de entretenimiento, donde les recomiendan ir con toda la familia y presenciar lo imponente de estos animales, dándoles la oportunidad de estar cerca de ellos, siendo que, para poder conseguir a estos animales tuvieron que haber sido sacados de su hábitat para ser amaestrados, para realizar algún acto fuera de su naturaleza y vivir en jaulas reducidas que estropean sus músculos por no tener espacio para vivir de manera digna.
Los movimientos y gemidos de los animales presos en exhibición demuestran impotencia y desmotivación, a simple vista se percibe su apatía, ya que la única actividad que se puede realizar en ese cubículo es dormir. Por lo que se les pide a las personas atentamente no molestarlos y evitar que los niños les griten para que el animal voltee a la foto, ya que esto los altera y forma parte de su día a día hasta que les deje de ser útil para el circo.
La mejor manera de evitar este tipo de esclavismo lucrativo, es evitar ir a este tipo de lugares.