Más Información
El obispo de Querétaro, monseñor Faustino Armendáriz Jiménez, pide a los fieles católicos que aun cuando se viva en una sociedad de desencanto, indiferencia y mezquindad, es necesario tener confianza en Dios a través de la fe, la cual ayudará a sentir que aquellos problemas que nos aquejan tiene solución y nos generará un alivio en el corazón.
Comentó que para el evangelio, cuando un individuo tiene fe, esta confianza, aun cuando sea del tamaño de un grano de mostaza, es capaz de mover montañas; aunque, acotó, la fe no tiene cuantificación ni medida alguna.
“San Lucas asimila el mínimo de fe con un grano de mostaza, una semilla diminuta que da origen a un árbol, en cuyas ramas anidan los pájaros, aunque es un lenguaje impropio, ya que la fe es algo más allá. El grano de mostaza es una imagen con la que Jesús nos está diciendo que cuando se crea en la propuesta del reino, no hay obstáculo insalvable”, aseguró el obispo.
Asimismo, Faustino Armendáriz Jiménez citó las palabras del papa emérito Benedicto, quien señala que la mayor amenaza de la sociedad es el gris pragmatismo de la vida, en donde aparentemente todo procede con normalidad, pero en realidad, la fe se va desgastando y degenerando en mezquindad.
“Es importante estar conscientes de que vivimos un momento de desencanto, de indiferencia y de relativismo, donde muchos experimentan que su fe se desvanece o está bloqueada; pero todo el que busca a Dios, alguna vez se ve inmerso en la duda o en la inseguridad”, comentó Armendáriz.
Además refirió la necesidad de que los católicos creyentes aprendan a creer, aun cuando estén inmersos en sus crisis personales, ya que todo lo importante en la vida personal es algo que creció de manera lenta y en donde se está exento de dudas y altibajos.
“Por ello nuestra fe puede comenzar a despertarse de nuevo si acertamos a gritar desde el fondo de nuestro corazón, lo que los discípulos gritan al Señor: ‘auméntanos la fe’; es quizá una oración muy pobre, pero humilde y sincera.
“Un grito que nos permite dudar de nuestras propias dudas y encontrar el verdadero rostro de Dios como fuente de vida”, aseguró.
Asimismo, recordó que de acuerdo con la Biblia la fe se encierra en un sentido de confianza, una creencia que significa apoyarse de alguien y no de algo teórico o estático.
“El creyente descansa en el Señor, muchos salmos nos enseñan a clamar al Señor desde nuestros cansancios, por ello una invitación a que si bien nadie puede pesar su fe en una balanza, si podemos comprobar que, al apoyarnos en el Señor, se nos vuelve liviano el corazón”, concluyó.