El 17 de octubre Kim Jaeoak reprende a golpes a Jorge Alberto Zamora Esparza. Una mujer trata de evitar la agresión y lo logra. Jorge se va sin responder con violencia. El coreano persiste, aunque se da la vuelta. Los rastros de sangre en la boca del trabajador y las contusiones son evidentes.

El 25 de octubre Jorge Alberto es despedido de la empresa coreana Sam Won, tras dos años con cargos de responsabilidad en la misma. A los tres días procura otro empleo con la compañía Polymers con la coincidencia de que también es proveedora de la transnacional Samsung.

En su nuevo trabajo, Jorge debía asistir el viernes 2 de noviembre a las 6:30 horas a una junta con su jefe y presidente de Polymers, Rubisel Rodríguez Díaz. Sin embargo, no se sentía cómodo porque la cita era en instalaciones de Samsung y ahí estarían sus directivos. “Le pedí a un compañero que fuera en mi lugar y presentara los documentos”, explicó.

A las nueve de la mañana de ese viernes, Jorge se encuentra con Rodríguez Díaz , quien le dice que estuvo bien que no fuera ese día, pero que para la próxima junta sí tendría que asistir.

El lunes por la tarde, Rubisel Rodríguez le dice a Jorge en las oficinas de Polymers que se tome unos días para resolver su problema con Sam Won.

Al preguntarle ayer a Rodríguez Díaz si con ello en realidad corrió a su nuevo empleado, respondió: “no se le despidió, solo le dije tómate dos semanas para arreglar tus asuntos”.

El empresario añadió: “ya ve que tiene problemas con los coreanos”.

Según Jorge, Rubisel Rodríguez le pidió que por el problema con los coreanos se tomara un descanso. No quiero que mi empresa se vea afectada por lo que puedan decidir los coreanos. Y te recomendaría que no hagas más ruido.

Rodríguez y Jorge coinciden en que debía presentarse a la junta con los directivos de Samsung el viernes, por ser responsable del área de control de calidad. “Necesitamos ir a las juntas a la planta de Samsung, y Jorge se negó a ir. El le pidió a un compañero que lo sustituyera”.

Jorge Alberto Zamora Esparza asegura que gerentes de Samsung habrían hablado con Rodríguez Díaz para recomendarlo como buen trabajador “pero que en ese momento no era conveniente que me tuvieran (en Polymers) por el problema en Sam Won”.

—¿Qué pensaste cuando Rubisel Rodríguez te dijo que tomaras unos días?

—Pensé que era gracias y adiós, que era un despido.

Para su abogada, Jazmín Sánchez García, “ese fue un golpe bajo para él y su familia”. Jorge, de 23 años, es padre de Alberto y Ricardo, de cinco y tres años. Dulce, su esposa, tiene 20 años.

Ayer por la tarde , relató Sánchez García, que Jorge recibió una llamada de un compañero de la empresa Polymers, para decirle “que el jefe estaba muy molesto porque Jorge ya lo había embarrado”.

En opinión de la abogada, Jorge actuó valientemente al denunciar las agresiones de que fue víctima en Sam Won; incluso, el ataque del 17 de octubre fue el último, pero no el primero.

Por ahora Jorge cuenta con el respaldo del gobierno estatal, y anoche ingresó una demanda por daño moral en los juzgados civiles de primera instancia en contra de la empresa Sam Won y de Kim Jaeoak.

La abogada aseguró que Jorge Alberto no pretende más litigios. Sólo quiere trabajar.

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