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“Un orgasmo femenino es como tener un fuego artificial dentro del cuerpo; sube, sube, sube y cuando llega a lo más alto explota, entonces pequeñas chispas recorren todo el cuerpo, desde la punta de la cabeza hasta los dedos de los pies, se siente un leve hormigueo y después una sensación de estar levitando. Relajación, paz, amor propio, a veces hasta puedo ver colores”, así es como la profesión de 30 años, Elisa Gutiérrez, describe un orgasmo femenino.
Ella tuvo su primer orgasmo a los 17 años, fue una experiencia personal y privada a través de la masturbación, porque nunca, ni su madre, ni su abuela, ni ninguna otra mujer en su familia hablaron sobre el tema.
“Me siento orgullosa de haber descubierto el orgasmo a través de mí misma, nadie me lo enseñó ni me dijo cómo conseguirlo, en mi casa nadie hablaba de eso, ni siquiera mencionan esa palabra”, comenta Elisa entre risas. “Después pude explorarlo un poco más cuando comencé a tener parejas sexuales”.
Aunque la experiencia de Elisa y su sexualidad es satisfactoria, no ocurre igual con todas las mujeres.
Rocío Ruiz, terapeuta sexual desde hace 20 años, reconoce que durante las últimas décadas el tema del orgasmo femenino se habla cada vez con más soltura y naturalidad. Sin embargo, el hecho de que se hable más, no quiere decir que suceda con mayor frecuencia.
En su experiencia, tres de cada 10 mujeres que acuden a terapia sexual, lo hacen porque no logran llegar al orgasmo, algunas mujeres no saben cómo identificarlo pues nunca han tenido uno. Algunas incluso llegan a la vejez con la sensación de que siempre “se quedaron a medias”.
Foto: Demian Chávez
Las causas que impiden llegar al orgasmo son muchas, pero la falta de autoexploración y el poco tiempo que se dedica a las relaciones sexuales, son quizá los motivos más importantes.
“Tiene que ver con el estrés y por el ritmo de vida que llevamos, vivimos con mucha ansiedad, se tienen relaciones sexuales muy rápidas, como si estuviéramos haciendo ejercicio, creo que nos está llamando más la atención estar en el celular, a veces le dedicamos más tiempo a eso que a cuestiones más personales. Se tiene que disfrutar la sexualidad, conocernos como mujeres, explorarnos, masturbarnos para conocer qué es lo que nos gusta. Como mujeres debemos explorar nuestros cuerpos, cada una sentimos diferente para después poder compartirlo con nuestras parejas”.
“Las chicas de hoy si hablan más sobre esto, ya no se sonrojan cuando se habla de orgasmos o de sexualidad en general, sí se habla más de esto, pero en la realidad se hace poco. A veces se tienen muchas relaciones con muchos hombres y en realidad no se está disfrutando realmente lo que es la sexualidad, por un lado hablan mucho del orgasmo y de su importancia, pero en la realidad no se da”.
Aunque se tiene un avance en la discusión del orgasmo femenino, Ruiz considera que el avance ha sido lento y que hablar sobre placer sexual todavía se considera un tema tabú en gran parte de las familias.
Como consecuencia, señala, se crea una confusión sobre el tema; mientras algunas mujeres consideran que es normal no sentir ningún orgasmo durante su vida, otras mujeres en plenitud sexual llegan a sentirse culpables de disfrutar al máximo las relaciones sexuales.
“Hay muchísima doble moral, mucho castigo para las personas que hablan sobre los orgasmos, debemos tener más información y apertura, que se vea el orgasmo como algo natural, algo que como mujeres tenemos que sentir y que no nos tachen de putas. Tenemos que dar más información. El clítoris por ejemplo es un órgano que está hecho solamente para sentir placer, no tiene otra función y muchas veces ni quiera lo tocamos”.
“Ha sido un proceso muy lento, todavía ahora veo muchos problemas de mujeres que no tienen orgasmos y las mujeres que tienen más orgasmos se van al otro extremo, dicen que son putas. Se sienten sucias, como si estuvieran enfermas y en el hombre pues no se da eso, entre más orgasmos, se siente mejor”.
La clave para disfrutar en este 8 de agosto, Día Mundial del Orgasmo Femenino, comenta Rocío, es “hacer el amor con la pareja y no con los genitales”.
Voces sobre el orgasmo
“Un orgasmo es para mí una explosión cósmica y poderosa, es un big-bang recreando el origen del universo. Ni mi madre ni mi abuela me hablaron nunca de ello”: Martha, 27 años.
“El orgasmo tiene una función de liberar hormonas, el clítoris es el único órgano cuya función específica es el placer. He sentido muchos, tanto en las relaciones sexuales, en pareja o cuando me masturbo. Entre las mujeres de mi familia jamás se ha hablado sobre orgasmos directamente, ni con las primas más contemporáneas. Pareciera que el placer nuestro no está en el centro de la plática”: Areli, 24 años.
“Sí he sentido más de un orgasmo. Me gusta cómo se contrae mi cuerpo y mi respiración se hace entre cortada para después llegar a un estado de relajación total. En casa no me hablaron de ello explícitamente pero sí recuerdo a mi abuela decir que luego “una se queda a medias”: Lourdes, 30 años.
“No con todas las parejas he sentido un orgasmo, aunque a medida que fui creciendo en la sexualidad fue un tema que comencé a hablar con mi madre; jamás he platicado con ella sobre mi sensaciones o experiencias y con mi abuela, menos. Creo que todavía no sabría cómo iniciar la conversación. Valdría la pena hacerlo. Con mi abuela tampoco he hablado y estoy segura que no habló con mi madre. Pienso que aún es un tema tabú en las familias, si bien he hablado de sexualidad con mi madre o tías, jamás les he hablado sobre mis sensaciones de placer”, Paulina, 23 años.
bft