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De acuerdo con un diagnóstico sobre las necesidades en las escuelas para eliminar la violencia, se calificó que el entorno escolar “es muy pesado” y se ha convertido en un factor de estrés para estudiantes, padres de familia y profesores.
Tere Rivadeneyra y Claudia Larios Méndez, fueron dos de las personas que participaron como observadoras en el diagnóstico contratado por la Fundación Puertas Abiertas IAP y que tiene por objetivo crear propuestas que sumen a la cultura de la paz en Querétaro.
“Hicimos un diagnóstico de necesidades en las escuelas, la metodología fue ir todo el día a observar en la escuela diferentes grupos, hablar con los padres de familia, maestros, básicamente era como sentir el termómetro, ver qué pasa, qué es lo que sienten, lo que más les preocupa, y corroborar a través de una observación muy pasiva de cómo se ve”, refirió Claudia Larios.
Ella expuso que en todos los ámbitos se localizó alguna forma de violencia, no necesariamente la práctica del bullying “puede haber violencia muy pasiva pero que sigue siendo una forma de violencia, no están cuidando la empatía, hacen sentir mal al alumnos”.
Afirmó que “todo el mundo” manifestó que existe violencia en las escuelas y que se detecta por características muy específicas, pues existen confrontaciones de profesores contra padres de familia y viceversa, así como violencia de padres a niños, de maestros a padres y entre los niños.
“Hay violencia entre pares, de mayores a menores, de padres hacia los niños, de maestros hacia los niños y de padres hacia los maestros y, sí, por supuesto que la hay en Querétaro, no tan acentuado, el tema del bullying se está exagerando y sí existe e ignorarlo no modifica la realidad”, dijo.
De acuerdo con el modelo que propone esta fundación, actualmente hay focalizados tres tipos de violencia: estructural (institucional, violencia económica), violencia cultural (cuando legitimamos las conductas) y la violencia directa, que es “la del día a día”: golpe, insulto, hostigamiento, bullying.
A través de este diagnóstico se está atendiendo la violencia como cualquier conducta intencional y dañina que ejerce poder y control sobre otro sujeto de diferentes maneras; “la violencia significa un poder ejercido sobe alguien, no necesariamente física, sino implica control y poder”, añadió.