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Los niños con síndrome de Down obtienen mejores resultados en pruebas relacionadas con objetos que se mueven, mientras que con el lenguaje oral tienen muchos problemas de aprendizaje, por lo que es necesario explorar nuevas formas de enseñanza para este sector de la población, señaló Gloria Nélida Avecilla Ramírez, docente de la Facultad de Psicología.
Junto con profesores y alumnos de dicha unidad académica, la candidata al Sistema Nacional de Investigadores ha realizado varios hallazgos después de examinar el perfil cognitivo y electroencefalográfico de alumnos de primaria que tienen alrededor de 10 años y que cuentan con este trastorno genético. Se estima que en México uno de cada 650 lo padece.
La académica comentó que los humanos dependemos mucho del lenguaje oral y por ello se han desarrollado técnicas educativas basadas en esa característica; sin embargo, ello ha derivado en que se logren pocos avances en la educación de niños con este síndrome.
En dicha investigación coordinada por Avecilla Ramírez, se llevó a cabo la observación de electroencefalografías (EEG), exploración neurofisiológica que registra las ondas eléctricas producidas por la activación de las neuronas, así como pruebas para medir la inteligencia y la resolución de problemas.
En la EEG, la cantidad de ondas por segundo se conoce como frecuencia, y las frecuencias se dividen en cuatro bandas, alfa, beta theta y delta. Las primeras dos se denominan rápidas, pues tienen más de ocho ondas por segundo; mientras que en delta y theta, el número es menor.
En los pequeños con Down hay una actividad más lenta de lo normal (theta); pero en niños con mayor cantidad de potencia de theta —de cuatro a siete ondas por segundo— se obtuvo mejores puntajes.
En las pruebas realizadas se descubrió mejor respuesta en las habilidades visuales y de ejecución tales como los laberintos y el material armable, es decir, asimilan más con cosas móviles. “Significa que si ellos aprenden distinto, hay que tratar de utilizar otras maneras de educarlos, una educación tradicional no es la mejor idea con este tipo de chicos”, advirtió.
Avecilla Ramírez puntualizó que es preciso dejar atrás los mitos para generar e implementar estrategias de enseñanza más efectivas para este sector de la población, pues, explicó, “lo que hacemos en muchas ocasiones es ver al mundo a través de nuestros ojos, de nuestra posición en el mundo y de cómo nosotros lo entendemos”.
Agregó que si bien muchos catalogan el nivel cognitivo de los niños con Síndrome Down como con un retraso respecto a lo normal, ella no lo considera así, sino que los cerebros de estos niños funcionan diferente a los que no tienen el síndrome, por lo que las habilidades son distintas y por tanto aprenden distinto, por lo que es necesario buscar alternativas de enseñanza basadas en sus destrezas particulares.