“Toda la gente viene a tirar aquí la basura. Ratas, ratones, se me meten a cada rato a la casa”, afirma Ignacio Juárez, vecino de la calle de Industria, esquina Los Mendoza, en el barrio de San Francisquito, quien presenta este problema a raíz de que los vecinos de la calle, con la idea de mejorar el entorno, tras la implementación del nuevo sistema de recolección de basura, compraron un contenedor para que las bolsas no estuvieran en la calle, pero ahora todos los habitantes e incluso negocios de comida, van a dejar sus desperdicios ahí, situación que genera un foco de infección.
La calle de Industria, en ese tradicional barrio, está ocupada tanto por viviendas como por algunas pequeñas fábricas y unos condominios. Es una esquina donde luce el contenedor color verde, encadenado a una reja cercana. Las bolsas de basura rodean al depósito, que esperan sea noche para que la empresa recolectora de basura acuda a la colonia y se lleve todos los desechos, aunque para los vecinos eso quizá no sea viables, pues comentan que no siempre se llevan todo.
En la calle amplia, las banquetas son casi inexistentes, pues están al mismo nivel que el arroyo vial, así que los autos se estacionan sobre las mismas al no percibirse límites.
“Todos vienen a tirar la basura aquí. Los de las tortas vienen a tirar aquí sus porquerías. Ya las ratas y ratones se me meten a cada rato a la casa”, señala Ignacio, cuya vivienda está frente al contenedor, por lo que es el principal afectado por esta situación.
En un inicio, la idea era tener un contenedor para los vecinos de la calle donde pudieran tirar sus basura y no dejarla en la calle, donde estuviera expuesta a los perros y fauna nociva, como ratas, ratones y cucarachas.
La idea de los vecinos, comentaron, fue bien recibida por la empresa recolectora de basura, quien aceptó limpiar el contenedor cada vez que brinda el servicio en el barrio: los martes, jueves y sábado en la noche.
Desde enero pasado, cuando se instaló el contenedor, el personal recolector de basura lo limpiaba totalmente, pero de un tiempo a la fecha ya no lo hacen, por lo que la parte baja siempre queda sucia y se quedan residuos de desechos que despiden olor fétido.
Ignacio y Javier Márquez, también vecino del lugar, explican que las bolsas que rodean el contenedor a veces son muchas, pues los residentes de los condominios cercanos también lo usan para dejar su basura, aunque se les ha dicho que no es para el uso de todos los vecinos de San Francisquito.
Ignacio apunta que en el día y la noche el contenedor se llena, el camión pasa a recoger la basura en la noche y para el amanecer el contenedor ya está nuevamente lleno.
La idea original, señalan los vecinos, era que sólo los de esa esquina usaran el contenedor, pero una buena idea de un grupo de vecinos proactivos, resultó contraproducente para ellos, pues si lo hacían para evitar tener bolsas con basura dentro de sus domicilios, pero ahora las tienen en la calle y de todos los vecinos del lugar, además de la presencia de fauna nociva.
Mientras los vecinos conversan sobre esta situación, unos perros se acercan al lugar para husmear entre las bolsas abandonadas con la promesa de una comida rápida, aunque para ello tengan que romperlas y regar por todos lados los desechos.
Ignacio apunta que durante la noche los vecinos de las calles aledañas aprovechan para tirar su basura, incluso sin bajarse del coche, pues sólo abren la ventanilla y por ahí arrojan las bolsas, sin tomarse la molestia de abrir el contenedor y depositarla dentro.
En las calles del tradicional barrio se pueden ver montones de basura en cada equina, bolsas arrastradas por los perros, que se rompen y dispersan su contenido en las calles.
El contenedor fue instalado en enero pasado, para evitar justamente que las calles estuvieran sucias, a raíz del cambio en los tiempos del servicio, luego de la concesión del servicio de limpia en la ciudad de Querétaro.
A pesar de que está diseñado para engancharse por el camión de basura y evitar que los empleados tuvieran que recoger bolsa por bolsa, no lo hacen. De hecho se consultó a la empresa recolectora de basura antes de comprar el contenedor.
La solución para ellos es la colocación de más contenedores, para que todos los vecinos pudieran usarlos, además de que facilitaría el trabajo de limpia. Aunque mientras, tendrán que apelar a la compresión y civilidad de sus vecinos para que no conviertan la calle de Industria en un tiradero.