Indígenas originarios del municipio de Amealco de Bonfil, pero que viven en la capital queretana, se manifestaron en el Centro Cívico para pedir al presidente municipal -Roberto Loyola Vera-, les proporcione un lugar en el Centro Histórico para vender sus artesanías. El señor Emiliano “N” reveló que las familias afectadas son 30, quienes sufren acoso por parte de los inspectores municipales. “Los lugares que nos proponen para ubicarnos, para nosotros son una mentada de mamá”, expresó en entrevista, ya que los indígenas fueron trasladados a las colonias Villas de Santiago y Vista Alegre, pero ahí –dicen- no pueden vender, pues no hay turistas ni quien compre sus artículos, como las muñecas de trapo, servilletas y algunos bolsos de tela o mimbre. Sin embargo, el señor Emiliano “N” insinuó que existe preferencia para los comerciantes oriundos de Oaxaca (triquis), quienes se encuentran ubicados en el Andador Libertad y en Vergara, en el Centro Histórico de la ciudad. Incluso, en años anteriores, ellos fueron acreedores a un “carrito” o un puesto ambulante. “Los lugares que nos ofrecieron para nosotros son una burla. Nos mandaron a zonas como la delegación Felipe Carrillo Puerto, Pino Suárez, El Pueblito, Ejido Modelo, donde no acude turismo”. “Pensamos que el PRI ya había dejado el compadrazgo pero vemos que sigue igual, porque hay muchos dirigentes que cobran cuotas o sacan lugares para vender. Sacan espacios (nuevos), no puedo decir nombres por causas de represión, pero sí sabemos de personas que se dedican a estafar gente pero que se les dan lugares”. Tanto el señor Emiliano y sus compañeros indígenas, dicen estar totalmente de acuerdo en pagar el permiso para poder laborar en el Centro Histórico. Indicó que no piden se quiten a los artesanos de Oaxaca, sino igualdad. Sobre una posible reubicación en el Mercado de Artesanías, los indígenas destacaron que sí se instalarían ahí, siempre y cuando estuviera en mejores condiciones ya que el anterior mercado de este tipo (ubicado en la calle de Independencia) estaba mal construido pues la infraestructura era a base de láminas y en lugar de atraer a los turistas, los alejaba. “Lo que quiere un turista es una buena imagen, para que pueda funcionar. Entonces si lo van a hacer con láminas no va a funcionar. Dependiendo de la imagen, es que le vamos a entrar”, concluyó.