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Ante el inicio de la Cuaresma, con la imposición de la ceniza llevada a cabo este miércoles, el obispo de Querétaro, Faustino Armendáriz Jiménez, exhortó a los católicos a valorar este tiempo y generar un acercamiento con Dios a través de la oración, el ayuno y la limosna.
Durante la homilía de la grey de la Iglesia católica, llevada a cabo en la Santa Catedral del estado, éste resaltó la importancia del tiempo de Cuaresma, como un camino que culmina con la Semana Santa, tiempo en donde Dios está invitando a tener actitudes nuevas.
Refirió que es un tiempo en donde se debe dejar detrás el juzgar a los demás y por el contrario, mostrar preocupación e interés por el prójimo, y quien esté viendo el testimonio de cambio, se anime a cambiar también.
“Ciertamente la Iglesia nos ofrece tres armas para esta lucha, para este combate que se nos propone realizar en este tiempo cuaresmal, la oración, el ayuno y la limosna, un tiempo en el cual podemos agrandar esos espacios de encuentro de platicar con Jesús y más que hablar de nosotros, escuchar su voz, que es lo que él quiere, él nos lo dice con su vida que es lo que quiere, cuando nosotros leemos el evangelio, podemos encontrar el estilo de vida de Jesús, Jesús sin decirnos nada nos invita a seguirle y hacer lo que él nos dice”, refirió.
Agregó que la Cuaresma es un tiempo de diálogo con Jesús, por lo cual, la insignia de la Cruz no significa hablar de tristeza, sino hacer la voluntad de Dios en todos los momentos y circunstancias de nuestra vida.
“Iniciamos este tiempo con la imposición de la ceniza, la ceniza no es muerte, sino es vida, porque del polvo se valió Dios para darnos vida, por eso más que muerte la ceniza tiene un ingrediente de eternidad, reconocemos lo que somos, somos tierra, pero también reconocemos que estamos orientados hacia Dios, a lo trascendente”, explicó.
Armendáriz Jiménez aseguró que esta conversión se puede generar desde la oración personal y también la comunitaria, esta última, que se fortalece con la riqueza del otro; mientras que el ayuno es un acto en donde se trata de establecer un autocontrol.
“Es mortificante, es el estómago, pero la invitación es a mortificar nuestro egoísmo, porque no solamente se trata de privarnos de algo para mortificar nuestro cuerpo, sino compartirlo con los demás, este es el camino, por eso, el sentido del ayuno es experimentar esa limitación, incluso el dolor en algún momento y lanzarnos a imitar a Jesús, que al ser llevado por el Espíritu Santo al desierto, sufre hambre, porque quiere priorizar no lo material sino lo espiritual, Jesús está lleno de Dios y por eso es capaz de afrontar la tentación”, aseguró.
El tercer elemento que compone esta Cuaresma, dijo, es la limosna, la cual está orientada a la solidaridad, a la ayuda del otro, del hermano, al destacar que en la medida que nosotros damos a los demás, estamos imitando a Jesús, quien se dio a los hombres.
“Hacer la voluntad de Dios y utilizar estas tres armas en el tiempo Cuaresmal, la oración, el ayuno y la limosna, los invitó a contemplar el crucifijo, a Jesús y desde ahí caminar con Jesús en los evangelios, meditando su palabra de tal manera que esta cuaresma de nuestra vida no sea en vano”.
Invitó a los jóvenes a vivir esta Cuaresma, haciendo en algún momento de su día, un silencio para Dios, un momento ante el sagrario, en un templo, en un rincón, se pueda decir a Dios “señor hágase tu voluntad”.