Después de 40 años de tradición, los comerciantes de los tacos El Nocaut comienzan a entrenar a la siguiente generación, localizados atrás del mercado Escobedo. Los nietos del patriarca son los que inician su entrenamiento en este arte culinario que satisface los más voraces apetitos.
Con tan solo diez años de edad, Jazmín Valencia, durante sus vacaciones escolares, apoya a su papá Edgar Valencia en la venta de tacos de barbacoa.
Esta tradición inició hace 40 años por parte del señor Isaías Valencia que combinó su pasión por el boxeo amateur y el negocio que inició con la receta de la abuela en el estado de Guanajuato.
“Iniciamos vendiendo originalmente en la esquina de Fernando de Tapia y Allende, pero mi hermano necesitaba un sitio para ponerse, mi madre me pidió darle el lugar mientras yo estaba promoviendo unos boxeadores en Estados Unidos. Cuando regresé, mi hermano ya se había aclientado en la esquina y pues yo me tuve que cambiar y me coloque en la esquina de Lucas Alamán y Fernando de Tapia”, narró don Isaías Valencia.
La niña Jazmín Valencia se encarga de despachar los tacos, mientras que su papá y sus tres tíos, Edgar, Xalostóc y Manuel, se encargan de la preparación de la barbacoa de res, que tarda 12 horas en promedio de cocción para quedar suave y desmenuzable al tacto.
“Es una de las mejores que he comido. Mi esposa y yo tratamos de venir al menos dos veces por semana, a pesar de padecer de ácido úrico, pero lo que mejor queda es el consomé, es gratis y es un levanta muertos, si uno viene crudito te ayuda muchísimo y te quita el daño por el alcohol”, dijo el cliente Carlos Hernández.
La pequeña Jazmín sueña con convertirse en maestra de escuela cuando crezca, con un promedio de 9.7 en la escuela la pequeña atiende a los clientes con una sonrisa, siempre trata a sus comensales como si fueran parte de su familia y asegura que le gusta atender a las personas que van a comer al lugar.
“Me gusta estar aquí ayudando a mi papá, me ha pedido que me ponga a cobrar y así practico mis matemáticas. Ya sé cómo darle gusto a las personas, siempre estoy lista para servirles, lo mejor es que sólo son unas horas las que ayudo a mis papás, mis tíos son los que me piden que los ayude también cuando les toca atender el puesto y pues vengo a ayudarlos en lo que puedo”, explicó Jazmín.
La tradición de los tacos se mantendrá al menos por lo que los hermanos Valencia se mantengan trabajando y el municipio no retire el permiso de venta de esta familia que ha combinado el ambiente boxístico con la familia y el negocio.