Como un hecho sin precedentes en la historia médica del país, en Querétaro se llevó a cabo la primera cirugía de corazón abierto a un feto que se encontraba dentro del vientre de la madre, con 23 semanas de gestación.

La cirugía, que fue calificada por los expertos como “mínimamente invasiva”, no dejó cicatriz en el pequeño Rodrigo, quien recientemente cumplió un año de edad, que hoy goza de completa salud, luego de la intervención a la que fue sometido con una aguja de 2 milímetros de diámetro a través del abdomen de la madre.

El especialista Rogelio Cruz Martínez, quien coordinó al grupo de médicos interdisciplinario que realizó la delicada intervención, recordó que la intervención se realizó en septiembre del año pasado y que hasta la fecha se ha tenido seguimiento médico del pequeño para observar su evolución tras la operación.

Se atravesaron el útero y el tórax del feto hasta llegar al corazón que padecía de una obstrucción que no le permitía desarrollarse adecuadamente, explicó el médico, al tiempo de señalar que la cirugía se practicó justo a tiempo para salvar la vida del pequeño Rodrigo.

Cruz Martínez indicó que cada año mueren cerca de 500 pequeños que sufren de alguna complicación intrauterina que no se detecta a tiempo.

Abundó que los decesos de bebés a causa de padecimientos que les surgen mientras se encuentran en etapa de gestación, tienen su origen  a una mala revisión preventiva con médicos especialistas en medicina fetal, que trabaja de manera coordinada con la ginecológica.

Rogelio Cruz Martínez manifestó que debido a esta grave falta de prevención, nueve de cada diez fetos que son sometidos a este tipo de cirugías mueren; sin embargo, enfatizó “sino prevenimos estos escenarios, 10 de cada 10 fetos con problemas morirán”, por lo que exhortó a las mujeres embarazadas, a practicarse periódicamente ultrasonidos especializados, con médicos fetales.

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