Los medios de comunicación deben ser contrapeso del poder y formadores de ciudadanos críticos quienes a su vez puedan exigirles a los periodistas ser más profesionales y conducirse con ética, afirmaron las expertas María Amparo Casar y Jacqueline Peschard.
En la conferencia Ética y transparencia en el periodismo, dentro del Encuentro Internacional de Periodismo organizado por EL UNIVERSAL en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco, señalaron que aún falta mucho por trabajar para lograr la profesionalización e independencia de los medios.
Amparo Casar apuntó que el periodismo, como cualquier profesión, es corruptible, además de que también debe ser profesionalizada, toda vez que la transición hacia un periodismo ético está inacabada, al tiempo que apuntó que la transición política se le debe en buena medida a los medios, así como los medios le deben a la política que haya tomado la bandera de la libertad de expresión.
Sin embargo, continuó, prevalecen vicios que deben solucionarse de manera pronta, pues no dejan crecer a la libertad de expresión en el país, además de que hay un régimen que no acaba de morir y otro que no termina de nacer.
Las empresas dedicadas a la comunicación deben enfrentar dilemas a diario los cuales tienen mucho que ver con las preferencias o simpatías políticas, que se ven reflejadas en sus líneas editoriales.
Por otro lado, Peschard sostuvo que la libertad de expresión es también derecho a acceder a la información, ideas que tomaron forma luego de la transición democrática, al tiempo que resaltó que la transparencia es como una palanca que abre la oportunidad de tener una ética periodística, independiente a las fuentes de financiamiento.
Asimismo, la veracidad es parte esencial, pues los periodistas son subjetivos, por lo que no se puede hablar de neutralidad.
Por otro lado, destacó el acceso a la información es una fuente para difundir lo que los funcionarios hacen y que ha servido para hacer un periodismo de investigación.
La transparencia ha sido clave para el periodismo y no sólo usarla para conocer, sino que también tenga consecuencias, como el caso de la “casa blanca”.