El director del Hospital General de Querétaro, Alejandro Ibarra Orozco, reconoció que los pacientes del nosocomio están usando agua de regadera que está a menos de 30 grados centígrados, es decir “de fría a tibia”; esto como consecuencia de una avería en la caldereta del hospital.
Explicó que se trata del daño de siete de los 12 tubos que usa la caldereta para funcionar; sin embargo, son tubos que no pueden ser reparados por lo que se requiere de infraestructura nueva, estimando que el lunes se resuelva.
Y es que para reemplazar los tubos dañados, es necesario acudir a un proveedor que se encuentra en la capital del país, y del que no se sabe si forma parte de la lista de proveedores de gobierno del estado; por lo que se requiere pasar por trámites administrativos.
Dijo que con el tiempo se han ido descomponiendo los tubos “pues gradualmente han dejado de funcionar”, aunque no fue hasta que “el agua salió fría” que se requirió al área de mantenimiento una solución al conflicto.
Aunque no ha habido consecuencias a la salud de los pacientes, reconoció que es una situación “incómoda”, pues lo mismo sucede con los doctores becarios, quienes hacen guardias de 24 horas y requieren de bañarse.
Afirmó que el área de mantenimiento está haciendo las requisiciones necesarias, y aunque el titular de la misma, también estaba de vacaciones, se está trabajando para dar solución.