La violencia hacia los menores migrantes ha experimentado un aumento en los últimos años y las autoridades federales y estatales no hacen nada para erradicarla y defender a los niños que transitan solos por el país, afirmó Martín Martínez Ríos, fundador de la Estancia del Migrante González y Martínez, quien dijo que sólo el año pasado en esa organización detectaron a más de 400 infantes que viajaron solos a Estados Unidos.
Señaló que a nivel nacional se está dando un recrudecimiento de la violencia hacia menores migrantes que viajan no acompañados, y de este fenómeno Querétaro no escapa, siendo usados para el tráfico de órganos o la trata de personas.
Explicó que apenas hace un mes se registró un incidente con la empresa de seguridad que contrata Ferromex, “en el que hirieron a dos menores de 14 y 15 años de edad con balas de goma, pero fuertemente”.
Comentó que Querétaro por un lado se ha vuelto un estado de paso para los migrantes que buscan llegar a la frontera norte y cruzar hacia Estados Unidos, por lo que es difícil llevar una estadística de menores que viajan desde Centroamérica hacia el norte.
“El año pasado detecté y platiqué con ellos, son alrededor de 400 niños no acompañados que han sufrido violencia en su país o que fueron abandonados por mamá y papá; y segundo, por la extrema violencia que se vive en Honduras y El Salvador, donde el crimen organizado los copta, pero ellos optan por salir”, explicó.
Dijo que en Querétaro el tema migratorio no está en la agenda política, y hay mucha gente que trata de alzar la voz, pero desde hace 16 años en la Estancia del Migrante González y Martínez han tratado de llamar la atención a este fenómeno, sin que se hagan cambios en su trato.
“Ni la iglesia, ni la sociedad, ni el gobierno hacen algo, en Querétaro no hay una estructura que sostenga toda esta problemática. Lo que estamos viviendo a nivel nacional es que vamos a tener asentamientos de personas migrantes, por las malas estrategias de los gobiernos, por la violencia y por las violaciones”, sostuvo.
Agregó que lo anterior obedece a que antes el viaje de Honduras a Estados Unidos un migrante lo hacía en 15 días, cuando actualmente, por el clima de violencia y crimen que se vive en algunas entidades de México se hace hasta en dos meses.
“Lo que está pasando es que los migrantes conocen a familias que los albergan. Entonces se van quedando, y el que se queda llama a los demás, eso es lo que está pasando en México”, abundó Martínez Ríos.
Precisó que los estados donde se está presentando más esta situación son los del sur del país, aunque en el centro de México se comienza a ver que muchos migrantes deciden asentarse.