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La Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia en el municipio de Querétaro registra 81 casos de maltrato contra infantes, principalmente por omisión de cuidados, violencia emocional y física; así como dos casos de abusos deshonestos, informó la titular del organismo, María del Rosario Nieto Sánchez.
La funcionaria calificó como “lamentable” que en la capital queretana las cifras de violencia contra menores no han decrecido en comparación con 2012. Por el contrario, aseguró que se mantienen los índices.
“Se mantienen las cifras desgraciadamente, esto se debería de trabajar más. Nosotros en nuestra área sicológica damos pláticas y talleres con el objetivo de prevenir la violencia”, expresó.
Actualmente la procuraduría atienen a 88 niños que son violentados: 43 son del sexo femenino y 45 son varones. Los menores tienen una edad que va desde los seis años hasta los 12 años, es decir, cursan la primaria.
Nieto Sánchez dijo que tan sólo en lo que va de este mes, se han presentado 29 reportes, en los cuales se ha podido constatar la presencia de violencia en ocho de los casos.
De acuerdo con el trabajo que se mantiene con los menores afectados, se ha identificado que son las madres de familia quienes ejercen violencia contra sus hijos.
Sin embargo, Nieto Sánchez refirió que al sufrir estrés o algunas otras preocupaciones, las mujeres ejercen violencia física, sicológica y emocional contra sus hijos. Incluso, en algunos casos porque también han sufrido violencia.
La procuradora de la Defensa del Menor y la Familia comentó que gracias a que se ha generado entre la población la cultura de la denuncia se han detectado los casos en los que se maltratan a niños.
Las denuncias, en su mayoría, son realizadas por familiares como los abuelos, tíos o primos y en algunos otros casos los vecinos, quienes se percatan que en algún domicilio se genera violencia contra un menor.
De acuerdo con Nieto Sánchez, luego de que detectan a los menores que sufren violencia, son canalizados a la Agencia IV del Ministerio Público para que rindan su declaración de los hechos.
Posteriormente, son remitidos al programa del DIF estatal Caminando Juntos, para que puedan iniciar un tratamiento. En primera instancia son citados los padres para que establezcan una serie de compromisos y se brinde la atención adecuada al infante.