Conocida como La Corregidora, Josefa Ortiz de Domínguez, uno de los personajes femeninos más destacados del movimiento de la Independencia de México (1810-1821), nació el 8 de septiembre de 1768, en Valladolid, hoy Morelia, Michoacán.
De acuerdo con su biografía publicada en el portal www.uaq.mx, estudió en el Colegio de San Ignacio de Loyola, hasta que en 1791 contrajo matrimonio con Miguel Domínguez, quien trabajó en la Secretaría de la Real Hacienda, la Oficialía del Virreinato de Nueva España y fue corregidor de Querétaro.
Conforme al sitio biografiasyvidas.com, en los primeros años de su matrimonio se dedicó al quehacer de la casa y cuidado de los dos hijos de su esposo, que había enviudado antes de contraer nupcias con ella.
Más tarde, mostró preocupación por causas sociales, como los derechos y condiciones de vida de la población marginada, criollos e indígenas.
En 1808, cuando se comenzaron a observar las primeras muestras de apoyo al rey Fernando VII (1784-1833) a consecuencia de la invasión napoleónica de España, en las colonias comenzaron a gestarse ideas sobre separarse definitivamente de España.
Además, surgió la necesidad de construir en la Nueva España un país donde imperaran los valores democráticos, que eran inexistentes, por lo que Miguel Domínguez y Josefa Ortiz abrieron su casa para la realización de reuniones de carácter político, a través de supuestas reuniones literarias.
Miguel Domínguez no participó en ninguna reunión, pero la casa del matrimonio recibió a personajes como el cura Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Abasolo.
La conspiración fue descubierta y Josefa Ortiz encerrada en su recámara por su marido, mientras que como corregidor fingía realizar la investigación del caso y actuar contra él.
Josefa Ortiz alcanzó a avisar a los conspiradores que habían sido descubiertos, por ello se le considera como patriota y heroína de la Independencia de México.
Los sublevados acordaron iniciar el movimiento de Independencia el 1 de octubre de 1810, pero después de que recibieron la carta de La Corregidora, el cura Hidalgo decidió adelantar el llamado al 16 de septiembre.
A decir de sus biógrafos, fue encarcelada en el Convento de Santa Clara y su marido fue enviado al de Santa Cruz, ambos en Querétaro.
Durante el juicio, su esposo Miguel Domínguez fue destituido, aunque liberado gracias a la intervención popular. Por el contrario, Josefa Ortiz de Domínguez fue declarada culpable de traición y enviada al Convento de Santa Teresa, en la Ciudad de México.
En ese lugar pasó sus siguientes tres años, hasta junio de 1817, cuando el virrey Juan Ruiz de Apodaca la liberó.
Josefa Ortiz falleció a los 61 años de edad, el 2 de marzo de 1829 en la Ciudad de México, y fue enterrada en el Convento de Santa Catalina; poco tiempo después sus restos fueron trasladados al Panteón de Queretanos Ilustres, donde también se encuentran los de su marido. Notimex