Dentro de los Centros de Readaptación Social, 95% de los internos cuentan con alguna ocupación laboral, de acuerdo con el subsecretario de Gobierno, Alfonso Jiménez Campos.
Explicó que con estas acciones se evita que haya reinserción en el delito, además de que se les brinda una oportunidad para que se puedan emplear una vez fuera del penal, ya que es muy difícil para ellos el conseguir una oferta laboral por sus antecedentes.
Ya sea estudiar primaria, secundaria y bachillerato, o trabajar en plomería, elaboración de bolsas de importación, entre otros artículos, y los ingresos que reciben por ese trabajo lo destinan a sus familias.
La población total en los tres Centros de Readaptación Social (Jalpan, San Juan del Río y Querétaro) es de dos mil 412 personas.
De los cuales mil 641 corresponden a hombres que están internos en el Cereso de San José el Alto, 148 mujeres en el reclusorio femenil; también se cuentan 47 menores.
En el penal de San Juan del Río, que es mixto, hay 543 hombres y 29 mujeres; en el de Jalpan de Serra hay sólo cuatro mujeres.
El tema de la rehabilitación, se trabaja en cinco ejes distintos que en su mayoría hablan sobre la ocupación del interno para que de esta manera se eviten los conflictos al interior.
Jiménez Campos señaló que desempeñan trabajos derivados de las habilidades con las que cuentan. Algunos aprenden oficios como carpintería, plomería, electricidad, albañilería, mecánica “con el objeto de que aquellos que estén en libertad puedan generar su propio negocio”.
El subsecretario de Gobierno manifestó que actualmente hay capacidad para que el total de reos tengan una capacitación, “sin embargo, si no quieren no se les puede obligar al trabajo. Hay más de mil de ellos que van a obtener un título en alguno de los oficios antes mencionados”.
Detalló que hay algunas personas que fabrican balones de futbol, bolsas de exportación con base en envolturas de frituras, entre otros; así como la realización de trabajos de carpintería y herrería.
Jiménez Campos añadió que en ocasiones cuando se realizan obras de infraestructura al interior de centro penitenciario, hay incluso internas “que se meten a trabajar de albañiles, oficio que aprendieron ahí. Inclusive profesionistas han sido albañiles adentro”.
Distribución
Explicó que el dinero que recaban los internos de las actividades laborales que desarrollan se distribuye de la siguiente manera: 30% se destina para el centro de reinserción social, otro 30% es para la familia y lo demás es un fondo económico para cuando cumplen su sentencia, ya que muchas veces al salir las personas no tienen ningún tipo de ingreso y les es difícil obtener un empleo.