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El encargado del anexo AA Óscar Sosa, ubicado en el barrio San Gregorio, en el municipio de Querétaro, señaló que “la liberación de seis internos, el pasado lunes, fue provocada por una persona, quien terminó sus cuatro meses de terapia y presenta un gran resentimiento social”.
El centro rehabilitador tiene en su interior a personas que voluntariamente acceden a recuperarse porque aceptan que tienen una enfermedad, pero también recibe a personas que de forma involuntaria son internados para recibir el tratamiento antiadicción.
En entrevista para EL UNIVERSAL Querétaro, el encargado aclaró que en ese anexo no hay maltrato hacia los internos, pero sí deben permanecer en el mismo a petición de su familia.
“Los que llegan de forma involuntaria son por órdenes judiciales en las que el juez determina que estas personas deben de ser recibidas para su desintoxicación y dejen de cometer ilícitos, pero en muchos de estos casos al salir después de cuatro meses de internamiento, que es lo que dura el tratamiento, estas personas recaen en la adicción ya sea en droga o en alcohol”, aseguró Oscar Sosa es quien proporciona el tratamiento a los hombres que llegan a este centro de atención localizado en el barrio de San Gregorio.
Algunos de los internos al ser cuestionados afirmaron que este sitio es de “puertas abiertas”, y si los mismos internos así lo requieren pueden salir sin mayor problema.
“Es un excelente lugar para estar, aquí nos proporcionan comida caliente y una cama para dormir, un techo sobre nuestras cabezas, para nosotros que ya tocamos fondo, que hemos vivido en las calles y sabemos lo que no es tener nada más que la ropa que nos cubre y estar expuestos a las inclemencias del tiempo. Estar aquí es mucho mejor que estar en casa porque aquí nadie nos regaña y nos tratan como una verdadera familia”, afirmó Héctor, interno desde hace tres meses en este centro de rehabilitación.
Los ingresos de este centro varían, pero depende en buena parte de las familias de los internos, además de contar con los médicos que revisan y mantienen la salud de los diferentes enfermos que en este se encuentran internados, al mismo tiempo cuentan con un dentista en vista que después de que el alcohol o la droga salen del sistema.
Oscar Sosa aseguró que quien llegó para “liberar” a sus compañeros en este centro de rehabilitación, es un “inadaptado social, quien ya se encuentra resentido con todas las personas que lo rodean”.
De acuerdo con lo narrado por el encargado de turno en el momento de la intrusión, el agresor presentaba claros signos de intoxicación.