En el caminar de los peregrinos existen historias que contar, ya que más allá del cansancio que pudieran llegar a sentir en el camino, lo que prevalece en sus corazones es la fe hacia la virgen morena, quien ha cumplido plegarias realizadas, y por lo tanto son mandas que pagar, pero sin que esto signifique un sacrificio para aquellos que las realizan.
Con miradas cristalizadas, bastones en mano para hacer más liviano el paso y con la mente fija hacia una promesa realizada, así es el caminar de los miles de peregrinos varones que marchan hacia la Basílica, jóvenes, niños, adultos de la tercera edad y familias que van unidas en cantos y alabanzas.
No obstante, existe la otra cara de la moneda, hombres que aun cuando no fueron cumplidas sus plegarias, refirman su fe con la peregrinación, pidiendo por aquellos seres que se marcharon antes de tiempo, por enfermedad y por injusticias del destino.
Este es el motivo de peregrinar de Don J. Dolores González de 79 años de edad, quien lleva 62 años participando en la peregrinación, y en cuatro ediciones dejo de participar, esto por enfermedad, ya que sus rodillas se le hincharon debido a reumatismo, así como por cuestiones económicas.