Con el agua hasta la cintura, una aspiradora, gorra y audífonos, Bernardo Padilla, todas las mañanas limpia fuentes en el Centro Histórico de Querétaro, actividad sui generis, pues no es muy usual esta actividad, sin la cual las fuentes lucirían sucias.

La mañana queretana, con sus 25 grados celsius, sofoca a los residentes y visitantes, quienes luchan contra el sudor escurriendo en sus frentes. Todos menos Bernardo, quien pasa buena parte de la mañana con el agua hasta la cintura, con una aspiradora en mano y dentro de una fuente.

Bernardo limpia pacientemente la fuente danzarina de la plazuela Mariano de las Casas, frente al templo de Santa Rosa de Viterbo, considerado la joya del Barroco.

Narra que desde hace tres años limpia la fuente, fecha en la que ingresó al municipio capitalino, y desde entonces limpia también la fuente danzarina de la Plaza Constitución.

Apunta que la limpieza se hace en partes, pues las fuentes son grandes y no se alcanzaría a limpiar en un día el moho que se junta en el fondo de las fuentes y sobre los tubos que hacen posible el espectáculo de luz, sonido y agua de las fuentes.

Dice que pasa tres horas al día en las fuentes, en una jornada laboral que comienza a las 7:00 y termina a las 15:00 horas.

La gente, con curiosidad, se acerca a ver el trabajo de Bernardo, pues además de ser un trabajo que no es ordinario, está con medio cuerpo sumergido en el agua, cuando las fuentes dan la apariencia que no son tan profundas.

Comenta que en las mañanas debe lavar la fuente de la Plaza Constitución, mientras que más tarde debe hacerlo con la ubicada en la Mariano de las Casas, que suelen crear una capa verdácea, del moho que se acumula en el interior de las mismas.

Su indumentaria, con una gorra y una pañoleta sobre la nuca, se complementa con camisola de manga larga, pantalones de plástico para pescador y unos audífonos, para escuchar música mientras realiza su trabajo.

Paciente y de manera lenta, Bernardo pasa una y otra vez la “boca” de la aspiradora en el piso de la fuente, que a cada “pasada” luce menos el color verdoso de la suciedad que se junta tras unos días de no limpiarse.

Señala que como el trabajo se hace por etapas, cuando se terminó en su totalidad una fuente, ya hay que volver a empezar a limpiar, en un ciclo continuo de limpieza.

El empleado municipal explica que usa una aspiradora para limpiar la suciedad pegada al piso de la fuente, que tiene que cargar en la espalda, aparato que aprendió a usar en este trabajo.

Explica que antes de trabajar en el municipio capitalino, lo hacía en el de Corregidora, donde era electricista, por lo que indica, con humor, que está en los “polos opuestos”, primero con la electricidad y ahora en el agua.

“Mi oficio es electricista, igual aquí [en la administración del panista Marcos Aguilar Vega] pero agarro más agua que luz”, apunta.

Ello no le importa mucho, pues mientras haya trabajo eso es lo que cuenta, pues sabe lo que son los recortes, ya que lo experimentó en Corregidora, donde trabajó por tres años y medio hasta que hubo recorte de personal.

Agrega que en ese recorte se fueron alrededor de 200 trabajadores, de los cuales sólo 10 pudieron colocarse en el gobierno capitalino

Bernardo sigue con su trabajo de manera paciente, absorto en su actividad, con sus audífonos colocados y la mirada puesta en el fondo de la fuente, mientras a su alrededor el mundo pasa: el bolero espera clientes, el vendedor de periódicos dormita, el franelero frente a Santa Rosa se sienta en un bote y vigila que no se vaya ningún automovilista sin darle “la cooperación voluntaria” que pide por sus servicios de vigilancia, las trabajadoras de limpia rodean la plaza, limpiando las papeleras, en un movimiento continuo, donde en el centro está este empleado municipal.

Las fuentes danzarinas se inauguraron en noviembre de 2008, por el entonces gobernador de Querétaro, el panista Francisco Garrido Patrón, con una inversión cercana a los 13 millones de pesos.

Google News

TEMAS RELACIONADOS