Ollas solares, comida orgánica, casas de paja, horno de leña, baños secos y agua de lluvia, son solo algunas de las características para la operación de una vivienda.
Éste no solo es un proyecto ecológico que se ofrece a visitantes locales, nacionales y extranjeros en la Sierra Gorda de Querétaro, también representa una forma de vivir que le ha tomado a Margarita Pedraza Muñoz, más de seis años conseguir; ésto aunado al tiempo, perseverancia e inversión.
“Todas las casitas tienen un tubo que capta el agua de lluvia, todo este patio que ven es el aljibe, es un depósito de 50 mil litros y con eso le damos la vuelta a todo el año, somos super ahorradores; 50 mil litros se los gastan en su casa en tres meses, aquí la cuidamos como lo más precioso”, externó Margarita.
La Casita Ecológica es ofrecida a los visitantes por 500 pesos una noche por dos personas, quienes son alojados en habitaciones con muros de paja, techos de carrizo y traga luces conformados con botellas de cristal llenas de agua que dejan pasar la luz solar al interior de las habitaciones en forma de flores o espirales de colores azul, verde o ámbar.
Pedraza Muñoz ha creado una casa autosustentable, en la que no se desperdicia, ya que todos son reutilizados en un proceso cílicio; como la composta que fábrica con todo tipo de desechos orgánicos, para que después funcionen como abono para árboles frutales, hortalizas, cereales y tubérculos que posteriormente serán degustados por ella y su hijo, así como sus huéspedes.
“Utilizamos lo mayor posible, por ejemplo el sol; si ahorro lo suficiente para captar esta energía, lo que sobre lo mandaré al sistema de la Comisión Federal de Electricidad (CFE)”, aseguró.
En la casa de Margarita todos tienen una doble función: desde las llantas que son transformadas en huaraches que pueden durar un año, hasta el excremento humano que es convertido en abono para los árboles que ofrecen sombra a este proyecto.
De la misma forma, la propietaria produce miel de abeja, pan, mermelada de durazno y la planta con la que se prepara el té de limón, alimentos que son servidos en el comedor a los visitantes, quienes quedan sorprendidos ante la forma en que Margarita ha logrado construir una casa que es autosustentable. Asimismo Pedraza Muñoz mencionó que con el uso de las ollas solares, un cilindro de 30 litros de gas le rinde por dos años y medio, mientras que en una vivienda que utiliza a diario el gas, esta misma cantidad se gastaría en un mes.
Lo que promueve Margarita es una forma distinta de vivir en la que la actividad humana tome en cuenta los procesos naturales, en los que la materia orgánica regresa a la tierra, y en la que los alimentos se obtienen de ella, así como la energía que requiere un hogar para.