Ubicada en el Centro Histórico de la ciudad de Querétaro, desde hace tres años se encuentra abandonada la escuela “Sor Juana Inés de la Cruz”, inmueble que debido al deterioro ya no es apto para que los niños acudan a recibir educación básica.

Construida hace 372 años, en 1640, forma parte del convento de la Santa Cruz de los Milagros. Sin embargo, más tarde el espacio se destinó para albergar una escuela.

Ahora abandonado, el edificio es refugio de gatos y de a poco se desmorona, a la vez que la basura se acumula en sus patios.

Originalmente, se había planeado darle mantenimiento, pero hasta la fecha no se han comenzado los trabajos de remozamiento.

Aracely Juárez es una madre de familia que vivió hace tres años el desplazamiento junto con sus tres hijos en ese lugar.

“Empezaron a decirnos que la escuela tenia vigas que estaban flojas y sí, en algunos salones estaban así, pero en algunos no. Empezaron a poner andamios para protección para los propios niños y nos informaron que los iban a cambiar de escuelas; les daban opciones para el edificio, para acomodarles los salones; de hecho, en el patio central de la escuela hicieron varios salones provisionales de lamina y ahí estaban algunos de los niños”, narra la madre de familia.

Posteriormente les informaron que la permanencia ahí era imposible porque Protección Civil había ido a verificar si el sitio tenía compostura, pero para salvaguardar a los niños debían desalojarlos.

“Después, otra vez nos dijeron que en qué escuela queríamos estar, pero también nos dieron la opción de irnos a una escuela del parque Querétaro 2000, pero dijimos que no por lo retirado”, señala.

El cambio

Lo que ellas solicitaban era que los que estaban en sexto grado que terminaran ahí. Al ofrecerles el cambio a la escuela que las madres de familia eligieran, ella hizo la elección de la escuela vecina “Naciones Unidas”, donde en un principio le negaron la oportunidad argumentándole que “había mucha demanda”, pero finalmente las autoridades cedieron.

Algunos niños fueron cambiados a unos salones que adaptaron en el Instituto del Deporte y Recreación del Estado de Querétaro (Indereq), y en ese lugar funcionaba la escuela “Sor Juana Inés de la Cruz”.

Tanto los maestros como los alumnos pedían tener un lugar cercano donde estudiar y trabajar.

La mamá de Aracely, doña Carmen, fue partícipe de este desalojo cuando su hija trabajaba. Ella se hacía responsable de sus nietos y declaró que no es que se aferraran al edificio sin motivo, sino porque el gobernador José Calzada les había dado una respuesta positiva ante esa situación.

“Nosotros no los sacábamos de esa escuela porque fuimos a ver al gobernador y él nos prometió que le iban a dar mantenimiento y nunca fue. Entonces, nosotros le dijimos que cómo era posible que se fuera a caer la escuela, que entonces tenían que quitar también a la ‘Naciones Unidas’ porque la barda que las divide es la misma”, concluyó.

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