Más Información
Las personas con fuertes cuadros de estrés, depresión y ansiedad tienen más riesgo de padecer la hipertensión arterial, ya que se ha comprobado que estas situaciones hacen que las glándulas secreten sustancias como la adrenalina, que aumenta la depresión arterial y repercute en la función orgánica.
Este mal crónico degenerativo tiene un origen multifactorial, y entre ellos también destaca la herencia, la obesidad, la ingesta excesiva de grasa y sal, así como el tabaquismo y el alcoholismo. Además, las personas que viven en el medio urbano tienen más riesgo de padecerla, a diferencia de las que habitan en la zona rural, debido a sus estilos de vida, así como a su tipo de alimentación.
Lo anterior lo señaló el doctor Salvador Malfavón Prado, director del Hospital General Regional (HGR) número 1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Querétaro, quien agregó que en 2014 se presentaron dos mil 498 pacientes con hipertensión y en lo que va de este año ya son 776 pacientes nuevos con el padecimiento.
“Se trata de 30% de los mexicanos —entre los 30 y 50 años de edad— que son hipertensos. La mayoría de los casos se detectan con más de cinco años de evolución, incluso hasta después de 15 años”, agregó Malfavón Prado.
Recomendó que después de los 30 años se tome la presión arterial periódicamente, sobre todo si se tiene alguno de los factores de riesgo antes mencionados. Se considera que una persona sufre de hipertensión cuando las cifras son mayores de 140/90 y en tres ocasiones diferentes.
Manifestó que por cada hipertenso diagnosticado hay otro más que lo ignora, y lo más grave aun, es que la mitad de quienes saben que la padecen no toman el tratamiento farmacológico o lo abandonan, por lo que la mayoría acude a los servicios médicos cuando ya presentan graves complicaciones, como insuficiencia renal, infarto al corazón y daño cerebral.
Malfavón Prado explicó que 90% de los casos son pacientes con hipertensión arterial llamada esencial, es decir, provocada por múltiples factores, es incurable y sólo se controla con cambios en los estilos de vida, en la alimentación, la administración de fármacos y con la actividad física.
Aunque la hipertensión arterial no suele producir síntomas, existen algunos signos de alarma que hacen sospechar que se padece, como dolor continuo de cabeza, mareos y trastornos visuales. No obstante, estas manifestaciones son vagas, pues el dolor de cabeza es más frecuente y su causa más importante es el estrés.
Mencionó que las personas que no liberan el estrés, la depresión o la ansiedad, tienen mayor riesgo de sufrir enfermedades somáticas, pues el organismo busca una salida, lo que provoca descontrol de la presión arterial, dolor de cabeza, entre otros.