El transporte público en la ciudad sigue sin tener solución, sin embargo siempre se les culpa de manera directa a los choferes de un mal servicio, pero realmente quien tiene la responsabilidad del mal servicio es el sistema que los rige. José Francisco el operador de la Ruta 5, menciona que es normal que la gente se queje, porque en ocasiones se da un mal servicio, pero cuando lo realizan bien la gente no lo reconoce, pero está consciente de que a la gente nunca se le va a dar gusto. Comenta que es un trabajo de mucho estrés, porque hay que entregarles resultados a muchas personas, “vas a una distancia del de adelante, luego el de atrás te presiona y luego la competencia, y luego el dueño, los supervisores, la gente, el tráfico, de todos lados tienes presión”. Sobre todo porque un minuto de retraso es pagar 20 pesos y nadie está dispuesto a pagar cada minuto de retraso, “la gente no sabe, nos presionamos tanto que lo que queremos es llegar a tiempo”. Por ejemplo, en la colonia Hércules siempre el problema es lo angosto de la avenida principal y por lo rápido que manejan los choferes. A la señora Celia Pérez, adulta mayor, también le causa molestia la Ruta 46, ya que es la que se desplaza muy rápido y le preocupa al subirse, “corren mucho, y si han causado varios accidentes… los choferes a veces si son groseros”. También la señora Concepción Campos dijo que eso siempre es un problema, y también para los que transitan en auto particular, pero la ruta que siempre da más problema es la 46, pero en general cualquiera que pasa por esa avenida. “La 46, la 5 y los demás camiones, no quieren subir a las personas de la tercera edad porque traen sus credenciales y pues no les conviene, pero pues también no se vale que no los quieran subir, igual a los estudiantes muchas veces no los quieren parar, por lo mismo que pagan su credencial”, mencionó.