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Mujeres indígenas honran a la pureza

Mazahuas y otomíes interpretan la danza de “La Virgen María”

14/08/2018 |02:54
Redacción Querétaro
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La representación de la Virgen María en cinco etapas: purificación, anunciación, asunción, natividad y concepción, integran la danza de “La Virgen María de San Ildefonso de Amealco”, en el Museo Nacional de Culturas Populares de Amealco.

En el marco de las actividades del Festival Nacional de las Culturas Populares, la danza se caracteriza porque las niñas son vestidas de blanco, cubiertas con velo y flores en la cabeza, mientras que las señoras que las dirigen, se distinguen por un vistoso sombrero adornado con flores, portando además un bastón con cascabeles y cintas de colores usadas para marcar el ritmo.

En el Patio Jacarandas de ese espacio cultural, personas de todas las edades fueron testigos de esta danza que, a decir de Gregoria Francisco Blas, habitante de San Ildefonso Amealco, y danzante, está ligada a las fiestas de la Natividad del Niño Jesús.

En ella intervienen en su mayoría jovencitas y niñas, dirigidas por una mujer adulta, quienes además de su oración corporal, entonan cantos de alabanza y adoración.

“Es una tradición que viene desde nuestros abuelos, de nuestros antepasados; la danza se identifica porque se la baila al santo, y es una cultura y tradición que queremos que continúe, que no se pierda porque la dedicamos a nuestro santo patrono en San Ildefonso Amealco, el 23 de enero.

“La dedicamos a la Virgen porque es una especie de manda, un favor que pedimos y que al final se cumplió, son deudas que nosotros cumplimos a través de esta danza muy folclórica y colorida”, detalló Francisco Blas.

En esta danza, los grupos de ‘Pastoras’ que pertenecen a los pueblos mazahuas y otomí, llevan a cabo este baile que a su vez este relacionado con la pureza de la mujer, toda vez que se trata de una danza en la que participan jovencitas y se puede realizar dentro de la iglesia.

La indumentaria se caracteriza por llevar faldas plisadas, refajos, mandil, blusa y los llamativos quexquémetl bordados y multicolores; así como el colorido sombrero de cada una.

Mientras que las Pastoras, portan un vistoso sombrero con flores artificiales y del que cuelgan largos listones de colores, se disponen en dos filas y a partir de esta formación realizan diversas evoluciones coreográficas.