Happy Old People Enjoying Time (HOPE) —personas mayores felices disfrutando el tiempo— es una fundación de jóvenes que se preocupan por el bienestar de las personas de la tercera edad.

María José Díaz, chica altruista de 17 años, se dijo motivada de integrar dicha asociación; compartió la gratificación de convivir con personas mayores, pues dijo, son nobleza y amor en su máxima expresión.

Dicho proyecto nació hace más de un año, a partir de una propuesta por la preparatoria de la Escuela Marista, en donde se proponía un proyecto final de los alumnos con causa social y posteriormente como servicio becario.

Sin embargo, con el paso del tiempo permaneció como una fundación voluntaria en donde más de 30 jóvenes realizan visitas al asilo Divina Providencia para sacar sonrisas a 80 adultos mayores que residen allí.

Las visitas las llevan a cabo en tiempos de hora y media, los días martes, jueves y sábados, en donde organizan diversas actividades para alentar y alegrar el día a los ‘abuelitos’.

Majo confesó que lo anterior, más que un trabajo, es una satisfacción profunda que permite sensibilizar a los seres humanos, tras reconocer que la ayuda al prójimo es parte fundamental para el desarrollo de la sociedad.

“Yo al principio como que no estaba muy segura, prefería estar en otros proyectos, pero cuando vas y convives con los viejitos es increíble, te empiezan a platicar su vida, muchos vivieron en Querétaro, así que me gusta escuchar cómo era la ciudad antes. Por sus ideas y pensamientos, te hace sentir bien poder ayudarlos”, compartió.

Lamentan abandono a este sector

La joven queretana lamentó que el sector de la tercera edad sea un grupo abandonado, pues familiares olvidan que requieren tiempo, cariño y dedicación. En su experiencia reconoció un olvido psicológico y moral.

De igual manera, Majo observó una gran necesidad económica en los ancianos. En su apoyo HOPE realizan campañas de reciclaje de cartón y papel, así como venta de dulces para poder brindar despensas y recursos al asilo, mismo que logra mantenerse con donaciones. “Considero que el apoyo económico es fundamental, ya que hay muchas familias que pagan únicamente la renta. Una ocasión un viejito nos mostró un anillo de su esposa y estaba vendiéndolo, siempre tienen necesidad y les hace falta muchas cosas”, refirió.

La joven altruista invitó a la ciudadanía a sumarse a estos y otras acciones en apoyo a la sociedad, ya que dijo, más que inversión de dinero se requiere tiempo y ganas.

Cabe restar que los alumnos de la escuela marista cuentan con otros programas de proyectos finales para apoyo a centros para atención a adultos con retraso mental, casa hogar y centro de atención múltiple para jóvenes con discapacidad, además de una escuela para invidentes.

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