En honor a la “La Corregidora” Doña Josefa Ortiz de Domínguez, patriota mexicana y heroína de la Independencia de México, se llevaron a cabo eventos conmemorativos en el panteón de los celebres ilustres queretanos y en el jardín donde se sitúa su estatua.
Los actos estuvieron encabezados por el gobernador del Estado, José Calzada Rovirosa, y su esposa Sandra Albarrán de Calzada, quienes después de montar la guardia de honor en el Mausoleo de La Corregidora realizaron la ceremonia.
Como primer acto se llevaron a cabo los Honores a la Bandera a cargo de la Escolta y Banda de Guerra de la 17ª Zona Militar, y además se contó con la participación de la Banda de Música del Estado y el Coro Guido de Arezzo.
En su discurso, la regidora del H. Ayuntamiento de Querétaro, María Alemán Muñoz, destacó el papel de Josefa Ortiz de Domínguez en la guerra de Independencia: “hablar de Josefa es hablar de Querétaro, hablar con orgullo y satisfacción de la valentía de hombres y mujeres que construyeron con esfuerzo y dedicación esta que es nuestra tierra, hoy hablar de Querétaro es hablar de éxito, México comienza una nueva etapa en su vida democrática”.
En la ceremonia estuvieron presentes en la ceremonia el general de brigada, D.E.M., Ángel Prior Valencia; el presidente de la Mesa Directiva de la LVI Legislatura Local, Jorge Lomelí Noriega; el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Carlos Manuel Septién Olivares; la directora del Sistema Estatal DIF, María Eugenia Bueno Zúñiga; el presidente Municipal de Querétaro, Roberto Loyola Vera y la presidenta del DIF Municipal de Querétaro, Lucy Huber de Loyola, quienes también realizaron una Guardia de Honor al Pie del Monumento a La Corregidora.
Parte de la resistencia
María de la Natividad Josefa Ortiz Girón nació el 19 de abril de 1773 en La Nueva Valladolid (Morelia). Sus padres, Juan José Ortiz y Manuela Girón, fallecieron cuando todavía era una niña. A los 18 años contrajo matrimonio con Miguel Domínguez, quien fue nombrado Corregidor de Querétaro.
En Querétaro doña Josefa se unió a los conspiradores criollos que planificaban expulsar a los gachupines (españoles). En su casa se reunían Miguel Hidalgo y Costilla, Ignacio Allende, Juan Aldama y Mariano Jiménez, entre otros. En septiembre de 1810, los conjurados estaban cerca de iniciar el levantamiento armado, pero las autoridades coloniales descubrieron el movimiento. Antes que sus compañeros fueran capturados, Josefa logró dar aviso al cura Miguel Hidalgo y Costilla, quien lanzó el Grito de Dolores el 16 de septiembre de 1810.