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Se conoce como Sequia Madre a la antigua red hidráulica que cruza por las profundidades del Centro Histórico, y que para muchos queretanos se trata de los míticos túneles que conectaban diversos inmuebles durante el siglo XVI, lo que ha llegado a crear diferentes especulaciones, sin embargo, el día de hoy la historia comienza a tomar rumbo.
De acuerdo con Jaime Zúñiga Burgos, investigador queretano apasionado por la historia del estado que lo vio nacer, ésta se trata de una impresionante infraestructura hidráulica que muchos prefieren que se olvide y cuyos detalles intrigantes narra en su libro “El gran túnel de Querétaro”.
En entrevista para El Universal Querétaro, Zúñiga Burgos relató que durante su investigación realizada el año 2009, encontró que la mayoría de los inmuebles por los que atraviesa este viejo sistema de drenaje mantienen cubierta la vista de esta misteriosa infraestructura.
Los motivos para esta causa, considera el investigador, son diversos. Algunos temen que sus propiedades puedan devaluarse por estar construida sobre un túnel, otros prefieren evitar a los curiosos que podrían llegar a querer conocer los “mentados” túneles o, incluso, hay quienes ignoran que alguna de sus bardas tapa un acceso a la red hidráulica.
“Lo que sí es cierto, es que tenemos una impresionante infraestructura hidráulica subterránea que cruza por gran parte del Centro Histórico de la que ya queda muy poco, porque a través de casi 400 años o un poco más, ha ido quedando oculta”, lamentó Jaime Zúñiga.
Dijo que según la investigación que realizó, que contempló principalmente testimonios de arquitectos o ingenieros que tuvieron la oportunidad de encontrarse casualmente con algunos tramos de la sequia madre hace algunas décadas, ésta cruza por las principales calles del primer cuadro de la ciudad, sin embargo, quedó fuera de cualquier registro oficial por decisión de los particulares, dueños de los inmuebles durante la operación de la red.
En las calles de Juárez, Morelos, Guerrero, Corregidora, 5 de Mayo, Pasteur, el andador Libertad, Plaza de Armas, Jardín Senea, se encuentran edificios como la Casa de la Cultura, la actual sede de la Cámara de Diputados, la Casa de Ecala, el convento de Capuchinas, entre muchos más, que son algunos de los que este reconocido autor queretano da testimonio, como albergadores de esta misteriosa construcción.
“Todo esto que estoy diciendo, está demostrado, pero por el tiempo que ha pasado hay muchas partes en donde ya se rellenó con tepetate y escombro, porque evidentemente para nuestra época este sistema de drenaje es totalmente obsoleto y desde hace mucho comenzó a ser rellenado en algunos casos”, expresó el apasionado escritor e investigador.
Leyendas de Maximiliano
Jaime Zúñiga refuta una de las más viejas leyendas queretanas durante siglos, la leyenda de cómo Maximiliano de Habsburgo, sitiado en el templo de La Cruz tras su derrocamiento, logró salir y encaminarse hacia el Cerro de las Campanas en donde finalmente fue descubierto y se entregó junto con sus acompañantes Miguel Miramón y Tomás Mejía; ésta ha tenido como principal versión, una historia que Jaime Zúñiga ha revirado.
“Todos dicen que se escapó por un túnel que va del templo de La Cruz hacia el Cerro de Las Campanas, pero esto no es cierto, no existe tal túnel y nunca existió; Maximiliano salió a pie por tierra, junto con sus acompañantes a través de la calle y bajaron por la pendiente que está frente a La Cruz, que ahora es la calle de Venustiano Carranza; el iba vestido de General y con sombrero de ala ancha, con sus dos pistolas y espada”, mencionó el investigador, quien agregó que lo anterior está debidamente documentado.
Al rescate de la Sequia Madre
Para Jaime Zúñiga Burgos, resulta lamentable que la Sequia Madre vaya quedando en el olvido con el paso del tiempo, más de 400 años, por lo que consideró importante recuperar lo que queda de esta obra y se vuelva un atractivo turístico, con el que aseguró, “la magia de la cultura queretana se volvería aún más fantástica”.