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Los y las mexicanas tenemos muchos motivos para considerar septiembre como el mes de la patria. La noche del día 15 conmemoramos El Grito del cura Hidalgo llamando al pueblo de México a sublevarse contra el gobierno español, iniciando así la guerra por la independencia de nuestro país en 1810.
Sin embargo, hay otros acontecimientos importantes que sucedieron en este mes, los cuales también conforman la historia de la nación. Entre ellos, destaca la presentación de Los Sentimientos de la Nación, un documento que fue expuesto José María Morelos y Pavón el día 14, en el año de 1813.
Ya en 1821, el día 27, entra triunfalmente a la ciudad de México el Ejército Trigarante, consumándose la independencia después de 11 largos años de estar en guerra. Así, el día 28 se firma el Acta de Independencia.
Para 1847, el día 13, comienza la defensa heroica del Castillo de Chapultepec, a cargo de seis jóvenes cadetes, ahora llamados Niños Héroes. En 1934, el día 29, se inaugura el Palacio de Bellas Artes con la comedia de Juan Ruiz de Alarcón “La verdad sospechosa”.
Y, aunque no es motivo de celebración propiamente, en 1985, el día 19, se recuerda el apocalíptico terremoto de 8.1 grados en la escala de Richter en la capital.
Sin duda, todas estas fechas quizá no están debidamente documentadas en la memoria de los mexicanos, pero se encuentran en el imaginario colectivo.
Y cuando vemos que la ciudad se llena de banderas, sombreros y adornos patrios sabemos que llegó el día y la hora de degustar, ya sea un suculento pozole o unas crujientes tostadas de pata, acompañadas de la bebida correspondiente para celebrar la noche del Grito y la libertad nacional.
