Un jet privado procedente de Celaya tuvo que aterrizar de manera forzosa en campo abierto en la comunidad de Coyotillos, municipio de El Marqués, muy cerca del aeropuerto, tras sufrir una aparente falla mecánica.
Cerca de las 9:00 horas de ayer se emitió una alerta por el posible desplome de una aeronave a escasos metros de las instalaciones del Aeropuerto Intercontinental de Querétaro (AIQ), por lo que, de inmediato, elementos de la Unidad Municipal de Protección Civil de El Marqués, así como bomberos y uniformados de la Policía Municipal y Estatal se trasladaron de urgencia hasta la comunidad de Coyotillos.
Luis Enrique Salazar, de 44 años de edad, piloto de la aeronave tipo jet “zar 60”, con matrícula XB-MMN, junto con su compañero, que se identificó como Alejandro Isaías Carrillo, fueron valorados por los paramédicos.
Pese a no haber sufrido lesiones considerables, se determinó trasladarlos a un hospital en la capital para una valoración a detalle.
De acuerdo con información proporcionada por los dos tripulantes, originarios de la Ciudad de México, la aeronave provenía de Celaya, Guanajuato, y su paso por el territorio queretano era para obtener el servicio de avión, el cual se realizaría en las instalaciones del aeropuerto, ubicado a un par de kilómetros del lugar de los hechos.
Falla mecánica
Sin embargo, presuntamente falló uno de los dispositivos que se encargan de medir el combustible, por lo que ni el piloto ni el copiloto se percataron de la falta de gasolina hasta que el jet se apagó. Ante esta situación, optaron por dirigir la aeronave a una zona despoblaba y evitar provocar un incidente mayor.
Varias dependencias se presentaron en la zona del percance, donde se procedió a acordonar el área y dar paso a las autoridades competentes para que tomaran conocimiento del incidente aéreo.
De igual forma, responsables de Protección Civil del Estado y del Aeropuerto Intercontinental de Querétaro supervisaron los trabajos que, de forma coordinada, se realizaron en la zona.
La aeronave presentó algunos daños, no obstante, y derivado de las características del lugar donde se llevó a cabo el aterrizaje forzoso, fueron mínimos, pues los tripulantes no resultaron con lesiones graves ni hubo afectaciones a alguna instalación.