Cuando caminamos por las calles de alguna ciudad, en la mayoría de las ocasiones estamos absortos en nuestros pensamientos y no apreciamos lo que ocurre a nuestro alrededor. Hay muchas escenas que manera fortuita se presentan ante nuestros ojos y si las observamos con detenimiento, seguramente podremos realizar alguna interpretación a las mismas.
Así lo veo en esta imagen que muestra a una mujer de la tercera edad, pidiendo limosna ante el paso de las personas ajenas a su pena y necesidad. Sentada ella cerca del quicio de la puerta de una casa antigua donde cuelga un moño negro en señal de luto. Cada uno de los elementos nos muestra el rigor del tiempo y me hace estremecer al pensar que también la esperanza pueda envejecer y, más aún, el moño sea un símbolo que nos indique que irremediablemente ha muerto.
Deseo en verdad que no sea así y que podamos mantenernos sensibles al sentir de los demás. Solo así, la esperanza se mantendrá joven en lugares como nuestra ciudad, el Querétaro nuevo que deseamos conservar.