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Para Efraín Salvador Martínez, promotor turístico de Cadereyta, las acusaciones del actual presidente municipal, el panista León Enrique Bolaño Mendoza, contra el anterior alcalde, el priísta Rodrigo Mejía Hernández, por presuntos malos manejos durante la pasada administración, no importan mucho “mientras León no meta a la cárcel a Rodrigo y recupere los 100 millones que no aparecen”.
—¿Mucha palabra y poca acción?
—Así es. Mientras tanto, nosotros lavamos los platos. Si acaso resulta verdad que este año la Sectur nos quitara lo de “mágicos”. Imagínese: si así estábamos pobres, cómo estaremos luego.
Efraín, cronista cadereytense “no oficial”, como se hace llamar, también conocido como Fay, dice que, en términos generales, el “gusto de ser mágicos nos duró un año”; entre 2011, cuando fue designado, y el periodo siguiente:
—Nos dotaron de la magia, y al día siguiente nos fuimos a dormir. Ni ex acalde ni ex gobernador impulsaron el turismo. Ninguna promoción, ningún servicio. Nos abandonaron y dejaron morir. ¿Dónde están los 20 millones del presupuesto federal que cada año se dan al Pueblo Mágico? Nunca los vimos. Indignante. Y la gente, cada día más pobre.
No se detiene. Suelta los argumentos como ametralladora:
—Mire usted, Cadereyta queda a cinco minutos de Freixenet, de La Redonda, de la Feria del Vino y del Queso; a 10 minutos de Tequis y a 30 minutos de la Peña de Bernal. Si usted vio la cantidad de autos, camiones y turismo que vino, dígame: ¿dónde vio un letrero que dijera: Cadereyta, Pueblo Mágico, a cinco minutos? Porque no hay tales letreros. Nos ignoran.
“Tampoco hemos visto a un alcalde que vaya hasta la carretera y diga a los turistas: Hey, súbanse tantito y vengan a Cadereyta; tenemos gastronomía, arquitectura, artesanías, historia, zonas boscosas, manantial de aguas termales, jardín botánico, vivero de cactáceas, pesca deportiva, espacios para el ecoturismo…
—¿Y de infraestructura hotelera?
—Pues, mire, lo que nos falta es justamente lo que los políticos no quisieron hacer. Yo creo que más allá de que nos quiten el nombramiento, todos los funcionarios turísticos de Querétaro tienen responsabilidades que aún no han sido aclaradas.
