La muerte de Teodoro González de León, reconocido arquitecto mexicano, aconteció a sus 90 años durante la madrugada del 16 de septiembre.

En Querétaro, el arquitecto que formó parte del proyecto original del campus Ciudad Universitaria en la Ciudad de México, en conjunto con Armando Franco y Enrique Molinar, se encargó del diseño del Teatro Metropolitano, que abrió las puertas al público en noviembre de 2012.

De acuerdo con la página de guía de turismo, entretenimiento y cultura de los municipios de Querétaro y San Miguel de Allende en Guanajuato, el proyecto fue concluido por José Ariemetea Moyao López.

Este recinto tiene un aforo de mil 344 localidades, divididas en cuatro secciones y cuenta con salones especializados en danza, teatro y música.

Sin embargo, fue el arquitecto Teodoro González quien en un inicio emprendió el diseño de este proyecto al ganar la licitación del mismo durante el gobierno de Francisco Garrido Patrón, quien nombró inicialmente al Teatro Metropolitano como Ciudad de las Artes.

Según una publicación en EL UNIVERSAL Querétaro, el 1 de noviembre de 2007, el entonces gobernador Garrido Patrón canceló el contrato de manera unilateral con el reconocido arquitecto galardonado un año antes, con la medalla de plata de la IX Bienal de Arquitectura Mexicana y con el premio a la trayectoria profesional en la V Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo en Montevideo, Uruguay.

La publicación referida, argumenta que la decisión de cancelar el proyecto de Ciudad de las Artes por parte del gobierno estatal estuvo motivada por un supuesto incumplimiento de la obra; sin embargo, los diputados integrantes de la Legislatura del PRI y PRD, informaron de la inexistencia de información sobre los cambios en el desarrollo del proyecto.

De esta forma, el diseño del Teatro Metropolitano fue abandonado por el arquitecto mexicano, cuya carrera profesional lo llevó a trabajar durante 18 meses en el taller “Le Corbusier”, con una beca del gobierno francés que le permitió colaborar para la Unidad Habitación de Marsella y L’Usine Duval de St. Dié, al sur de Francia.

Además de estas colaboraciones, Teodoro González también fue autor con el mexicano de ascendencia judío-polaca, Abraham Zabludovsky, del edificio del Infonavit, el Colegio de México, el Museo “Rufino Tamayo”, la Universidad Pedagógica Nacional y la remodelación del Auditorio Nacional.

El Colegio Nacional, al cual ingresó González de León el 28 de noviembre de 1989, publica en su portal oficial los méritos más reconocidos por el arquitecto, dentro los que destacan, el premio de la revista Hábitat Estela Maya y el premio Esfera de Cristal a la mejor obra construida durante 2007.

En 2009, la revista Obras le concedió el premio La obra del año por el Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) y un año después, la Asociación de Ingenieros y Arquitectos de México, A C lo conmemoró con el premio nacional de arquitectura.

Sin duda, el trabajo de Teodoro González no sólo reconocido en el ámbito arquitectónico, se mantendrá durante generaciones en cada una de sus obras, pues como publica El Colegio Nacional: “las ciudades se deben alzar, el diseño, el tiempo y la memoria”.

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